Las elecciones presidenciales del 2018 poco a poco toman forma mientras las propuestas y los candidatos no son muy prometedores, siendo por ahora las figuras más prominentes en la carrera por la Casa de Nariño, el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, la "Coalición Colombia" de Claudia López, Sergio Fajardo y Jorge Robledo, y el exalcalde de Bogotá Gustavo Petro.
Este último sin duda ha sido objeto de atención de los medios y la opinión pública en Colombia por su rápido ascenso en las encuestas, en donde ya ocupa el primer lugar, y de sostenerse dicha tendencia podría convertirse en el próximo Presidente de la República.
Sin embargo, esta atención ha cruzado ya fronteras, específicamente en Wall Street, en donde los intereses extranjeros en Colombia observan con preocupación el ascenso de Gustavo Petro en las encuestas, según ha reportado Bloomberg Politics, la semana pasada. Ver artículo.
En este artículo, Bloomberg señala con preocupación una migración en los intereses del electorado de Colombia, quienes en elecciones pasadas luchaban contra la consolidación de izquierdas en Colombia y el establecimiento de políticas de seguridad para combatir la delincuencia y el terrorismo, y que tras el acuerdo de paz, han dejado de ser una prioridad, llevando a primera fila, nuevos intereses como el desempleo y la salud.
Asi las cosas, mientras los efectos de más de cinco décadas de conflicto palidecen en la memoria de los colombianos, señala Bloomberg, el espacio para los políticos de izquierda en Colombia se expande y se presentan como una opción alternativa al establecimiento, deseada por muchos colombianos, desconociendo de plano las implicaciones graves que ello podría acarrear para la economía del país, que bajo Petro, podría verse en un escenario de desconfianza inversionista que ya tiene observando con atención nuestras elecciones a algunos actores en Wall Street.
Las políticas agrícolas que propone el exalcalde Petro son, según esta publicación "una réplica de la etapa temprana de la era Chávez en Venezuela" cuando el mismo promovió la repoblación del campo y la entrega de tierras a los pobres, lo que en últimas contribuyó a debacle económica que hoy padece el país vecino. Sin embargo, el exalcalde tiene a su favor algunos de los logros de su administración como los subsidios por el consumo de agua, la prohibición a las corridas de toros y el subsidio al transporte, que han calado muy bien en sus bases electorales.
Aunque esta publicación reconoce que en esta etapa temprana de las elecciones, las encuestas de opinión de Colombia no son una guía confiable del panorama político del país y que la aún desorganizada campaña de Petro dificultará seriamente su llegada a la Casa de Nariño por falta de coaliciones y maquinarias, lo que si es cierto es de llegar a manterse como un contendor serio en las elecciones presidenciales de 2018, Wall Street podría comenzar a preocuparse con un nuevo panorama político en Colombia.
Tal es el caso, señala Bloomberg, de Charle Gamba, Director Ejecutivo de Canacol, compañía de energía con la mayoría de sus operaciones en Colombia quien dijo que "la expectativa de un candidato socialista en Colombia es ciertamente alarmante" o de Mario Castro, estratega de Nomura Holdings Inc, quien prevé " una reacción muy negativa del mercado" si el apoyo popular a Petro crece.
Ciertamente, no solo Wall Street debe estar preocupado con el rápido ascenso de Petro en las encuestas, sino cada uno de los colombianos que ve con preocupación el empoderamiento de las opciones de izquierda en Colombia que aunque son bienvenidas a participar la arena democrática de nuestro país, padecen de la típica agenda populista, proteccionista, anti-inversionista, redistributiva y aislacionista de izquiera que ha hecho tanto daño en las economías de América Latina.
Bloomberg señala además que Colombia ha sido el único país de nuestra región que nunca ha votado por las opciones de izquierda a la presidencia, lo que por años nos ha mantenido como una economía atractiva para la inversión extranjera y la entrada de capitales extranjeros, a pesar de la inseguridad jurídica rampante bajo el Presidente Santos, y que en últimas ha aislado a nuestra economía de la moda populista, inflacionista y fracasada de nuestros vecinos en la región.
Gustavo Petro debe ser siempre identificado en nuestra arena política como un exguerrillero del M19 que otrora combatió nuestra democracia y nuestras instituciones, un senador poco efectivo y el alcalde que le falló a los bogotanos con su arrogancia y su pobre gerencia, que simpatiza con el régimen de Nicolás Maduro, propone la nacionalización de nuestras políticas contra el narcotráfico y el empoderamiento de las FARC en nuestra democracia y un posible presidente que lograría ahuyentar la inversión, sumiendo al país en el desempleo y la incertidumbre, como desde ya lo teme, con razón, Wall Street.
No debemos olvidarlo en las urnas en el 2018.
