El primer nombramiento que hizo Petro fue el de la lideresa indígena Leonor Zalabata como Embajadora de Colombia ante las Naciones Unidas, su condición étnica hizo que causara impacto y fuera bien recibido, era una oportunidad de amplificar la lucha de los grupos y pueblos indígenas en el marco global. Ya radicada en Nueva York, Leonor Zalabata ha mantenido un bajo perfil, su agenda se remitie a frecuentar reuniones de protocolo en la ONU sin un plan de trabajo definido que ha quedado en manos de dos mujeres que le cubren la espalda.
Se trata de las dos embajadoras alternas. La dura internacionalista Arlene Beth Tickner es profesora de la Universidad del Rosario con una amplia experiencia en docencia e investigación, su trayectoria fue su carta de presentación para que el presidente Petro la designara en el cargo desde el que le ha dado línea a Zalabata. Con Tickner trabaja la diplomática de carrera Sonia Pereira que llegó a la Embajada para reemplazar a Isaac Gilinski cuando la exvicepresidenta Marta Lucía Ramírez fue nombrada también Canciller. Ha esta en Cancillería desde hace 30 años en embajadas en Suecia, Países Bajos, Honduras, Bélgica, Austria y Francia y sabe desenvolverse en conferencias internacionales en en la ONU y la OEA lo que le ha servido a Leonor Zalabata que aterrizó en la Embajada sin experiencia en la carrera diplomática.