En Latinoamérica se le da más valor a lo poco que tenemos, que a lo mucho. La abundancia de alimentos, la operatividad de una empresa que por años ha sido referencia de todos los colombianos, quien no ha comido en la calle un helado de Cream helado, o quien no se ha comido un perro caliente con salchichas Zenú.
Al petróleo que poco tenemos se le da más valor. Los grandes capitales sí le están dando valor a lo que poco tienen, Ellos tienen petróleo, diamantes, minas. A Europa Rusia y los países árabes poco les importa, de dónde o cómo procede el dinero, es raro lo limpio que parece el First Abu Dhabi Bank.
En segundo lugar, la subida del dólar parece bajar nuestro valor de los recursos y empresas, al valor real de las acciones de Nutresa que para muchos lo triplica, así que si el grupo Gilinski quisiera ofrecer el doble del precio, aun así no sería el valor real de las acciones, ya que se ha visto disminuido por el precio del dólar; darle el valor real es preciso de parte de los accionistas.
Nutresa siempre ha sido una empresa limpia, abundante, económica para los colombianos, con un valor grande en el corazón de los colombianos; perderla por tiburones sería un desacierto. También por la poca transparencia del grupo Gilinski que, como se sabe, se han visto envueltos en los Pandora Papers en Panamá y ese dinero, de hacerse el gran negocio, no llegaría a Colombia, sino a Panamá.