El presidente Biden sanciona a Cuba porque en las manifestaciones ciudadanas se "reprimió las protestas pacíficas y prodemocráticas". Acá el gobierno reconoció solamente 30 muertos por la policía, y los desaparecidos de Colombia, que siguen apareciendo desmembrados en los ríos y basureros, no le preocupan al mandatario de Estados Unidos.
El señor presidente Biden no se ha pronunciado, porque todo acto que suceda en Cuba es noticia mundial, pero acá quienes protestan son "vándalos", y como el gobierno es "amigo", eso no importa, así los hechos demuestren una gravedad superlativa.
Sin embargo, ¿qué le va a importar al jefe de la Policía cubana que Estados Unidos lo sancione? ¿Cuándo ese señor policía irá a Miami o a un país no amigo de Cuba? Si Cuba hubiese sancionado a la Policía de Washington por la muerte de manifestantes durante la toma violenta del Capitolio por los partidarios de Trump, las autoridades Norteamericanas no se hubieran preocupado ni puesto a hacer los cambios que Cuba sugiera.
Con situaciones de estallido social como la cubana, en las que el pueblo tendrá sus razones válidas por el anacronismo del sistema, el cual necesita ponerse a tono con la vida actual; o como el caso de Colombia, donde somos campeones olímpicos y con diplomas en varias especialidades siniestras (que es mejor no nombrarlas y que no solo afectan a los Estados Unidos, sino a toda la llamada Comunidad Internacional), las reacciones son muy diferentes, y es evidente el manejo conveniente.
¿Qué tal si el número de muertos, desaparecidos y detenidos que están ocurriendo en Colombia hubieran pasado en Cuba?, ¿cómo serían los titulares de la prensa mundial?
¿Qué tal que en Cuba pasara lo que está ocurriendo en Colombia, que, según medios, la policía se mete a las casas a romper y a buscar elementos y armas subversivas (cascos, guantes, gafas industriales o escudos artesanales) sin ninguna orden judicial, o detienen a un joven, lo suben a un carro sin distintivos y lo desaparecen o lo abandonan después de torturarlo. O peor aún: la policía permite que civiles les disparen ante los ojos de todos a algunos manifestantes, produciendo bajas, y no pase nada.
Las organizaciones internacionales de derechos humanos que son imparciales ya lo han denunciado; pero el señor Biden está muy ocupado para tomar nuestro caso en serio. Solo se preocupa por Cuba, pues no es su mejor amigo, pero no Colombia, que sí lo es. Lo de allá se maximiza y lo de acá solo merece un pequeño comentario, como cuando la mamá le dice a su hijo, quien ya casi es un delincuente juvenil, "si sigues así, un día de estos te voy a castigar".
Con amigos así, para qué enemigos.