Entre los pocos amigos que decidieron acompañar a Carolina Guerra el pasado 23 de julio a la celebración de su cumpleaños número 31 en la isla de Mykonos, en Grecia, estaba Juan Pablo Muñoz quien terminó siendo Carlos Ciro.
La exitosa actriz, nunca sospechó que su invitado no era el promotor de artistas y experto en arte como se presentaba en el alto mundo de la farándula internacional, sino el jefe de una red internacional de narcos que mandaba toneladas de cocaína a Europa camuflándola en maquinaria y que, además, pertenecía a la Banda Criminal Los Rastrojos. Su rol en la banda criminal parecía ser clave por su conocimiento por el conocimiento de rutas aéreas y marítimas. Muñoz se ufanaba de su amistad con Guerra publicando en su facebook fotos como éstas para mostrar la cercanía entre ambos:
Carolina Guerra no era más que una de las estrellas que frecuentaba Muñoz. Ninguna de ellas sabía que el verdadero nombre de quien se convirtió en uno de los hombres más buscados de la interpol tenía un alias: Carlos Ciro. En su Facebook también apareció esta foto con la diva de divas Amparo Grisales
A sus 36 años era feliz con celebridades internacionales como María Zurita Borbón, hija de la infanta Margarita y prima hermana del Rey Felipe IV de España, a quien le llegó también a través de su pasión compartida por el arte.
No sólo la realeza española cayó bajo su encanto. También la cantante Martha Sánchez, el actor Jordi Rubio, Antonio de la Rua, ex novio de Shakira e hijo del ex presidente de Argentina, fueron algunas de las figuras del espectáculo que aparecen en su Facebook.
O con la actriz colombiana Manuela Gonzalez y la virreina universal de la belleza Paola Turbay
Su sangre fría le daba para todo. En el Art Basel de Miami conoció al penalista Abelardo de la Espriella, con quien según el abogado se trató de un encuentro casual que no se repitió. Una de las cartas de presentación de Muñoz era su presunta cercanía con el ex presidente César Gaviria, a quien también le interesa el arte y tiene una de las colecciones más completas de arte de vanguardia latinoamericano.
Lo poco que se sabe de Muñoz no tiene nada que ver con el cliché que se ha consolidado a lo largo de los años del narco colombiano. Estudió en Alemania, vivió en Washington, ciudad donde vive su mamá. Allí organizaba conciertos y encuentros con lo más selecto de la farándula latinoamericana. En Colombia alcanzó a representar a la cantante Fanny Lu.
Si en Colombia era reconocido por ser un empresario de artistas, en Brasil lo conocían por ser un comerciante italiano y en Italia creían que era un exportador de mármol. Su sangre fría hizo que no se inmutara: aunque sabía que la Interpol lo había expedido una circular roja en su contra en febrero, no impidió que disfrutara del pasado carnaval de Barranquilla en donde incluso se dejó de ver en palcos al lado de actores nacionales.
La primera semana de marzo su imperio de papel cayó clamorosamente en España luego de que se ejecutara la operación “Europa” comandada por la Interpol. Se espera que en los próximos días el capo sea extraditado a Brasil, país en donde cometió la mayoría de sus actuaciones delictivas.