Después de la caída del gobierno de Rafael Reyes, se suprimió la división política de 1908 y se restableció la que había en el país en 1905. Al Chocó fueron reincorporados los municipios de Riosucio y Carmen de Atrato, pero no las poblaciones de Versalles, Cajamarca, Argelia, Villa Nueva, Silveria y El Silencio, que pasaron a formar la provincia de Roldanillo en el Valle del Cauca.
La política de división territorial de Reyes fue nefasta para el Chocó porque a partir de ella empezó su desmembración sistemática. Además, con la separación de Panamá y la anexión de la banda oriental del Atrato a Antioquia, se fragmentó y se desapareció el concepto del Gran Darién.
Esta concepción fue reemplazada por la de Urabá, estructurada desde la perspectiva de la geopolítica antioqueña con la creación de la provincia de Urabá en 1911. De manera que Antioquia estructuró toda una geopolítica sobre el concepto Urabá y a partir de la misma desarrolló un nuevo proceso de expansión de su frontera en la región, originando nuevas disputas de límites con Bolívar y Chocó.
El Chocó de 1910 en adelante enfrentó nuevas oleadas expansionistas de Antioquia, Caldas y Valle. Pese a que Caldas fracasó en sus pretensiones de anexión del Chocó, en 1912, logró la anexión de Pueblo Rico. En el caso de Antioquia en el mismo año, alegando derechos basados en la división territorial de 1908, inició a reclamar como suyo el municipio de Riosucio.
Los argumentos de Antioquia en aquel momento fueron idénticos a los que había planteado en el siglo XIX, de límites confusos. Lo nuevo en aquella reclamación fue que las pretensiones sobre Riosucio estuvieron sustentadas en los acuerdos que habían suscrito en con el expresidente Reyes.
Este litigio pasó al Senado en 1917 --pese a que los comisionados de las partes trazaron una línea fronteriza con el apoyo de una comisión de Congresistas-- el Congreso de la República no la aprobó. Por lo tanto, los litigios continuaron y se resolvieron cuando se hizo un nuevo trazado de límites con la creación del departamento del Chocó en 1947.
La política expansionista que puso en marcha Antioquia durante el siglo XX le permitió apoderarse de tres pedazos del territorio chocoano: Urabá, Arquia y Ocaido. Territorios que suman 13.927 kilómetros cuadrados, una extensión territorial más grande que el tamaño de los actuales departamentos de Caldas, Risaralda y Quindío.
En cuanto al Valle del Cauca, los chocoanos también afrontaron otro frente de batalla en de defensa de su integridad territorial, cuando las autoridades vallecaucanas pretendieron despojar al Chocó de una importante porción territorial en el Bajo San Juan. Tema que fue álgido en la década de los años treinta del siglo XX, pero que fue resuelto con el trazado de límites en ley que creo el departamentos del Chocó.
Fue tanto el interés que hubo en la desmembración de la Intendencia del Chocó que en 1934, el senador caldense Gerardo Arias Mejía, presentó en el Senado de la República un proyecto de ley para acabar con la Intendencia y repartir su territorio entre Antioquia, Caldas y Valle. En 1935 se presentó otro proyecto de ley, en donde se argumentó que como el Chocó no reunía los requisitos para ser departamento, debería ser anexado a un departamento vecino. Proyectos que fracasaron por la oposición de los chocoanos.
Por las políticas expansionistas de los departamentos vecinos, el Chocó, que en 1904, tenía 74.000 km², en 43 años perdió 27.470 km² con Antioquia, Valle y Caldas. Una extensión territorial más grande que el tamaño actual del departamento de Bolívar. Por eso su territorio quedó reducido a 46.530 km². Ahora con el litigio sobre Bajirá, Antioquia pretende otros 2.015 km² del territorio chocoano. En resumen, del estudio de los litigios de límites entre Antioquia y Chocó desde el siglo XIX, se concluye que en las centenarias disputas fronterizas.
Los antioqueños han sido los ganadores y los chocoanos los perdedores. Continuará.
@j15mosquera