Carlos Prasca logró el respaldo del poderoso Alejandro Char, que ha llenado la Universidad del Atlántico de cargos administrativos, para llegar a la cabeza de esa institución, después de más de dos años sin rector en propiedad. Y lo logró para sorpresa de todos, cuando el 22 de marzo de 2017, un delegado del entonces presidente Santos, la ministra de Educación Yaneth Giha, el gobernador del Atlántico Eduardo Verano de la Rosa, los exrectores y el representante de los profesores y de los egresados de la Universidad del Atlántico se decidieron por Prasca. Fueron muchos las discusiones y contradicciones al interior del Consejo Universitario para llegar a un acuerdo en la maltrecha universidad.
La tarea que debía cumplir Prasca sería sacar del limbo administrativo a la institución, dirimir los conflictos políticos y las acusaciones por politiquería y corrupción. Un nombramiento que parecía prometedor, teniendo en cuenta su experiencia y formación en el sector educativo suma más de 30 años incluso con reconocimientos como mejor rector de los colegios públicos en los años noventa.
El nombre de Prasca fue propuesto por Leyton Barrios, un egresado de UniAtlantico aliado del grupo de los Char, un respaldo con el que se sentía seguro hasta que intervino de manera drástica el procurador Carrillo. Atendió las denuncias que hizo el pasado 25 de enero la estudiante Laura Romero Peña, quien no se abstuvo de publicar las conversaciones que mantuvo con el rector como prueba del acoso del que fue víctima.
En lo audios publicados por distintos portales de noticias, muestran un Prasca que presuntamente aprovechaba su poder y sus espacios de trabajo dentro de la universidad para encuentros con las estudiantes, entrega de regalos y despacho de favores dentro de la institución.
El testimonio de Laura despertó una reacción inmediata entre los estudiantes que no tardaron en expresarse con marchas dentro de la universidad protestando contra el rector y pidiendo su renuncia. Incluso hubo reacciones violentas: varios encapuchados intentaron incendiar su oficina de la rectoría el pasado 7 de febrero lanzando bombas molotov, como quedó registrado en varios videos.
La reacción de la estudiante fue extraña, y apoyada por su mamá Ángela Adriana Peña, acudieron a la Notaría Séptima del Círculo de Barranquilla y en una declaración juramentada negaron las actuaciones de Prasca, argumentando que todo había sido un montaje del representante de los profesores, Roberto Figueroa Molina, y el exrector Antonio Vallejo Morales, quienes eran férreos opositores de Prasca.
Los señalamientos fueron negados por Figueroa y Vallejo y negaron haber urdido cualquier complot para forzar la salida de Prasca de la rectoría. Sin embargo, hasta su oficina han llegado nuevas estudiantes que siguen denunciando al rector, aunque atemorizadas de hacerlo formalmente. Según el representante de los profesores, son cerca de 21 los casos que ha conocido. A los pocos días de la retractación, otra alumna anónima de la Uniatlántico publicó en redes sociales varias fotografías y el audio de una conversación de casi cinco minutos, en la que presuntamente el rector la acosa sexualmente mientras acordaban una reunión.
—La carrera en darte la cita fue porque me dijiste que ibas sola, ¿oíste? (risas). Mentira, mentira… estaba con deseos de tenerte cerca.
—(Risa nerviosa) Profesor y mañana a qué hora nos puede atender para, pues, cuadrar toda esta cuestión del evento que tenemos del mes…
—Tranquila, que tú me pones la programación.
—(Incrédula) ¿Cómo?
—Tú me pones la programación.
—Dime una cosa ya. Ya aquí no soy más el rector. ¿Por qué es tan esquiva? No me contesta, [por qué no] me dice ‘no quiero saber nada de ti, váyase al carajo’.
—Pues, lo que pasa, es que yo creo que los términos a los que usted y yo podemos dialogar son netamente de la universidad… y esa cuestión.
—¿Y qué? ¿Y tú eres qué? (inaudible) … De allá, de Venus…
—¿Cómo? No le entendí…
—¿Tú qué? ¿Vienes de un planeta raro?
—¿Por qué?
—(Risas) O sea que yo… ¿yo soy qué? Un rector de allá, de la galaxia, el rector de las galaxias…
—(Risas) Ay, no, es en serio, yo creo que eso es lo único que tenemos que dialogar. Hasta esos términos, no veo más allá.
—La quiero, yo soy terrícola, ¿oíste?
—(Una tercera voz femenina se escucha al fondo, inaudible, del lado de la estudiante) Yo sé pero usted es el rector y yo la estudiante. Y esos términos se respetan.
—Eh, eh, eh. No estamos en el colegio de doña Rita, ¿oíste?
—Bueno, profesor, entonces le sirve a las 10:30.
—(Risas) Ey, simplemente es más amabilidad, no más.
—Bueno, un poco más de amabilidad. Estimado rector, le sirve mañana… (risas) una reunión a las 10:30.
—No, no. Cuando yo te responda algo, simplemente quiero que seas más amable.
—Ah, bueno. Perfecto.
—Bueno, ya ahora soy sí el rector. Te espero mañana a las 10:30. Eso sí, ojo que yo soy terrícola. No soy de otro planeta. Yo creo que tú también eres de la Tierra, ¿oíste?
—Bueno, entonces nos vemos mañana a las 10:30
—Aunque más hermosa que las terrícolas.
—Bueno, nos vemos mañana a las 10:30
—Te quiero… (ríe) Ahora sales a correr…
—Bueno listo, chao, que tenga una buena noche.
—Listo. Felices sueños, voy a soñar contigo, ¿oíste?
Ante las denuncias, el Consejo Superior de la Universidad del Atlántico, que escogió a Prasca por su trayectoria como director de la Institución Educativa Dolores María Ucros, del Instituto Tecnológico de Soledad Atlántico y como secretario de Educación de la Gobernación, decidió mantenerse a la espera de la investigación de la Procuraduría antes de tomar una determinación. Un voto a la presunción de inocencia del rector mientras la institución queda en manos de un rector encargado, que será definido por el Consejo Superior en los próximos días.
La delicada situación lo tiene en la picota pública frente a los miles de estudiantes que conforman la comunidad de UniAtlántico que no quieren ver a Prasca otra vez en la rectoría y presionan al Consejo Superior para que no sean cómplices al no tomar partido, apliquen el código de ética antes que la Procuraduría anuncie su sentencia, y lo retiren del cargo.