Al igual que la formalización del empleo y de los impuestos, con el supuesto de recibir más beneficios es cotidiano que los dignatarios se rasguen las vestiduras indicando que no tenemos cultura de utilizar el sistema financiero, y que a la postre es una forma de evadir impuestos, tributos o como se llame. De hecho, incidieron para que el Estado interviniera para acabar las pirámides.
Acudiendo al llamado del gobierno, después de mucho tiempo de no ayudar como se debe a mi madre, le pude consignar cien mil irrisorios pesos, con tal asombro que todos fueron hurtados, perdón descontados por Bancolombia, eso fue en 2010. La verdad, no le hurtaron todo, le quedó un saldo de $18.000, que no pudo retirar porque era obligación dejar diez mil y el cajero solo entregaba múltiplos de $10.000. En conclusión, esa platica se perdió.
Pena ajena me dio con mi mamá, una señora, una verdadera dama de 70 años (este año completará sus 77 primaveras). Aunque ya no quiera vivir, como dice ella, porque uno parece que se cansa hasta de eso. Bueno decía, pena ajena al no poder explicar que la ayudita se perdió y menos poder explicarle a las vecinas, no chismosas, pero sí comunicativas, que el hijo por fin se acordó, pero que sería mentira porque llegó con los bolsillos vacíos. Lo único que atiné a decirle fue: mamita salga rápido de ese hp (honorable puesto) banco antes que le cobren la salida.
Tiempos aquellos que no volverán, porque ahora sí hay leyes a favor del pueblo, leyes que propenden por defender los derechos de los usuarios del sistema, por nivelar la desbalanza, y bla bla y bla. Lo anterior porque con muchos bombos y platillos, con gran alboroto se publicitó por redes sociales, por prensa hablada, escrita, que de ahora en adelante los bancos debían pagarle a sus clientes. ¡Juemadre! Ahora sí me acordé otra vez de mi madre, pero esta vez no le consigné ni 100, ni 200, cero, cero pollitos, porque la misma suerte corría, de eso tan bueno… no dan tanto.
Pero volví a caer y con la misma gente (entiéndase Bancolombia). En noviembre pasado, una sensual llamada: "Señor Gómez, ¿como está usted? El día de hoy, me alegra mucho, el motivo de mi llamada (con voz seductora, o como diría una jurado, con melismas, sofismas y garbinbas), es que usted fue escogido entre millones para darle una tarjeta de crédito, con cero, cero cuota de manejo POR UN AÑO". Pues llegaba diciembre con su alegría, regalos, cenas. ¡Qué carajos, tomemos ese cupo y con la prima pago! Quién sabe con la prima de quien, porque en enero matrículas, pensiones, libros útiles e inútiles. No se pagó fue nada, menos con la gran promoción de comprar y pagar un mes después ... sigan creyendo.
Primer sorpresita en enero del año que avanza —creo que es lo único que avanza—, toma tu cuotica de manejo.
— Pero ¿por qué 'dotores' bancarios?
— A usted CLARITICO, pero bien desmenuzado se le dijo que no cuota de manejo por un AÑO, pues por el año 2016 y ese ya se apagó, no va más. Acuérdese, un feliz año pa' ti, un feliz año pa' todos. Señor Gómez, usted tomó nuestro producto en noviembre y TENGA EN CUENTA QUE NO SE LE COBRÓ durante todo ese año.
— Pero fueron solo, ahh ahh...
— ¿Se atreve a dudar del sistema financiero?
— No señor. Bueno gracias, disculpe.
Oiga sí, ¿cómo pensar que ellos lo quieren embaucar a uno? Es que la gente... Entonces para evitar más sorpresas, pues ahorrar de aquí y de allá, Y SOBRE TODO ESCONDER ESE PLÁSTICO EN LA MISMISIMA, si allá. ¡Ojo! No la bote, no la destruya, ni la mire, porque se la cobran.
Bueno, me dirigí silencioso al lugar donde sabía que una sucursal encontraría y entonces: "Señor Gómez, la única forma de saber el saldo PARA PAGO TOTAL es a través de la línea". Llamé y otra vez muy amablemente: Su corte, corte pero de franela, es el 15 de mayo, entonces SOLO ese día podemos saber el monto exacto. Me comuniqué el 15 de mayo, ya el monto subía $252.000, la explicación: intereses y cuota de manejo.
— Pero señorita yo fui a pagar y que solo hasta el 15.
— Pues, sí señor, pero ahora ya debe pagar cuota de manejo.
— Pero no la he utilizado.
— No importa, ya se generó un nuevo cobro.
Entonces, el 16 de mayo de 2017, les juro que no es mentira, FUI al banco, pagué el monto que me dieron ayer. Lo juro, les aseguro, nada es mentira. Llamé para cancelar la tarjeta y que debo $17.000, de qué, no sé, pero así y ya. Que debo esperar hasta el 15 de junio para que se refleje la VERDADERA DEUDA, ¿será entonces que la otra no era real? Bueno, irrealmente pagué.
En conclusión, porque ni yo mismo entiendo este enredo de los pobres bancos, esa loable ley del 'dotor' David Barguil, que era como para enmarcar, tal vez solo era populismo —no sé qué será eso pero suena como bien—. No, en verdad hay que reconocer que sí dio sus frutos, pues antes no me consignaban nada y ayer revise y tengo doce (12) pesos en la cuenta, por un mes de intereses.
Yo me pregunto: ¿frente a sumas iguales por qué el banco puede cobrar $17.000 por un día y en cambio pagar $12 por un mes? Ahh perdón, no son iguales. Una es la de un ciudadano de a pie y la otra es de un sistema ruin, usurero y avasallador.