Los problemas de Shakira y su voz empezaron cuando tenía diez años. A mediados de la década del ochenta la pequeña cantaba en un coro infantil en Barranquilla. Su profesor intentó modificarle ese vibrato profundo que la hacía sonar como una cabra. El maestro sabía que si seguía abusando del glissando, que termina desgastando las cuerdas vocales, podría ocasionar a largo plazo lesiones serias. La niña lo desobedeció y el desgaste es evidente: a Shakira se le rompió la voz.
Shakira Mebarak Ripoll no era más talentosa que sus compañeras de generación en Barranquilla pero si era la que más trabajaba. Guillermo Romero, un periodista y editor barranquillero que tiene el honor de haberle dado la primera portada cuando tenía quince años y recién despuntaba con su éxito Magia recuerda la obsesión que tenía la cantante por ser la mejor. Llegaba con un cuaderno anotando todos los consejos que él le daba y compartiendo con Romero las canciones que escribía en sus noches en vela. El promotor discográfico y periodista Edgard Hozzman recuerda que en sus primeros años varios productores abusaron de Shakira. Aprovechando el hambre de gloria que tenía la barranquillera la exponían a giras inclementes por todo el país forzando todavía más una voz que necesitaba cuidados y se quebraba con facilidad.
Pero llegó el éxito desmedido en 1996 con Pies descalzos y Shakira, junto con Carlos Vives, convirtieron a la música colombiana en un fenómeno mundial y vinieron los conciertos con Aerosmith, Green Day, Madonna, Red Hot Chili Peppers, Rihanna, Gwen Stefani, los Grammys, canciones de mundiales de fútbol y todo iba bien hasta que llegó Piqué.
Con la estrella del Barcelona, famoso por sus romances en la ciudad de las Ramblas, Shakira empezó el declive. No sólo fue la decisión de tener hijos sino el estrés de estar al lado de alguien indomable y que en Cataluña, su hogar, es mucho más famoso que ella. En esta década Shakira desapareció de los escenarios, el lugar donde ella se encuentra más cómoda. Durante todo el último año la barranquillera se preparó para su gira El Dorado que significaría su regreso definitivo a los escenarios y el momento en el que se sacudiría de las peleas que ya se están volviendo públicas con su indomable esposo. El 6 de noviembre pasado, a escasos días de su concierto en París, Shakira tuvo que parar abruptamente su ensayo. Una hemorragia en sus cuerdas vocales le quitó la voz. Sumida en una profunda depresión anunció la cancelación de sus conciertos con este twitter:
Paralelo a eso los tabloides españoles hicieron énfasis en una pelea que tuvieron Shakira y Piqué en una crepería de Barcelona en donde hubo hasta lágrimas y palabras altisonantes delante de la gente. Los que la rodean se alarmaron, la cantante había perdido por completo su alegría. Su hermano Tonino la sacó de la depresión y la convenció de viajar a Boston el pasado 29 de noviembre para ser tratada por el larigólogo Steven M. Zeitels, tal vez la única persona que podría devolverle la voz a la barranquillera. El médico ya operó con éxito, en el Hospital General de Massachusets, a Adele quien en el 2011 empezaba a notar que su voz perdía potencia, que ya no era la misma.
La cirugía ya se efectuó y Shakira, después de cinco días en Estados Unidos, regresó a Barcelona. La operación es relativamente sencilla: bajo anestesia general le introducen un laringoscopio por la copia y mediante láser se produce una vaporización de las lesiones vasculares situadas en la cara superior de las cuerdas vocales. El post operatorio dura un mes y medio y en donde no podrá hablar en tres semanas. Los especialistas coinciden en que la responsabilidad de su recuperación. No puede forzar su regreso a sabiendas que sus fans y los compromisos comerciales la pueden presionar para una vuelta prematura. Además deberá olvidarse por un rato de sus problemas con Piqué que, a pesar de publicar fotos de los dos en redes en donde se ven felices, todos saben que el matrimonio pasa una crisis. Con lo sensible que es la artista colombiana sus fans saben lo duro que le debe estar dando esta mala racha por la que está atravesando.