El autor de una de las canciones más emblemáticas y representativas de la época de Navidad, al punto de ser considerada como una especie de serenata que se canta en los primeros días de diciembre, fue el barranquillero Adolfo Ernesto Echeverría Comas, quien llegó al mundo el sábado 3 de septiembre de 1932 y partió a la eternidad a sus 86 años de edad en esa misma ciudad el jueves 20 de diciembre de 2018, tal cual lo recogen varios textos de su biografía.-
Sin embargo, aunque su letra hace referencia a las celebraciones de la Noche de Velitas, la Navidad, el Año Nuevo y los Carnavales de su natal ciudad, de ahí su título, quienes la escuchamos por esta misma época la relacionamos con la primera de las fiestas del mes de diciembre, que es las Velitas, una fiesta originaria de nuestro país en homenaje a la Inmaculada Concepción.-
Su primera estrofa dice así: “Por la ribera se ven arbustos y cocoteros / y los negros pescadores en canoas vienen ya / como lanzas van hundiendo sobre el lomo su cañal / las noches iluminadas me recuerdan el Edén / por todas partes prendidas estrellitas ya se ven.-
A renglón seguido está el mensaje que la hace aparecer propicia para esta fecha: “Que linda la fiesta es, en un 8 de diciembre / al sonar del triquitraqui qué sabroso amanecer / con ese ambiente prendido que dan ganas de beber / La pascua que se avecina anuncia la Navidad / un Año Nuevo se espera que dan ganas de tomar “.-
Alguna vez en una entrevista, la viuda del autor, Anastasia Arrieta, recordó que la canción fue grabada por primera vez en 1961 por el Cuarteto del Mónaco y la voz de Nury Borrás Corrales, pero tuvieron que pasar varios años para que el tema tuviera vuelo propio, contrario al pensamiento de Echeverría, quien muy ilusionado llevó el acetato con el que soñaba convertido en un éxito a través de las ondas hertzianas de la radio barranquillera de la época.- Aunque ya había escrito varias canciones, su encuentro con la música fue en 1961, cuando decidió ponerle fin a su trabajo como vendedor en un almacén de telas y en tal fin se dedicó de lleno al arte musical.- Cuentan que una vez grabada la memorable canción, él mismo se dispuso a recorrer emisora por emisora, para que la programaran, pero al principio el rechazo fue total.- Pero vean de lo que son capaces los hombres tercos cuando tienen fe en sus obras, el tipo jamás se rindió, y jodió y jodió hasta que por fin el tema se volvió en un verdadero himno para la época más alegre del año.-
Pero detrás de ‘Las cuatro fiestas’, que es de esos temas que parecen estar llenos de magia hasta en la forma en cómo fueron grabados, la voz original, como ya se dijo, fue la de Nury Borrás, cuyo verdadero nombre era Vicenta Mercedes, hija de Marco Tulio Borrás y Asunción Corrales, quien nunca tuvo la música como un medio de subsistencia y más bien se dedicó a la docencia, fundó un colegio y se consagró a enseñar, a pesar de que su esposo, Manuel Pájaro, la llenaba de razones para que siguiera por ese camino.- Fue el propio Adolfo Echeverría el que la descubrió en la Emisora Voz de la Patria y llevado por el encanto de su voz, o como dice una Diva de la televisión, por el color de la voz, que le propuso que fuera ella la intérprete de su criatura musical.- Tan no se decidió por el camino de la música, que su hija Omaira Pájaro Borrás, le contó al cronista Ernesto McCausland que: “Mi mamá jamás percibió recursos por ‘Las cuatro fiestas’, ni siquiera cuando la grabó, ni siquiera un reconocimiento en vida; hasta después de fallecida, quien se interesó en hacerle un reconocimiento fue el ya fallecido periodista Ernesto McCausland”.-
Nury grabó la misma versión después de varios años de estar rodando por el mundo con la orquesta del autor, incluso con más instrumentos, pero la única que suena siempre es la del Cuarteto del Mónaco, dijo en una entrevista y precisó que este lo integraban el clarinetista Alex Acosta, el baterista Rafael Guardo, el guitarrista Ángel Monsalve y el bajista Eugenio el “Ñeñe” García.- Una vez los escuchó Adolfo pensó que era el grupo ideal para interpretar su canción, pero cuando ellos le preguntaron quién sería la cantante, él frenó en seco y reveló el nombre: Nury Borrás, porque era la dueña de un timbre de voz capaz de ponerle todo el encanto a la letra que en el fondo es una oda a la nostalgia que se desprende en la madrugada del día de la Inmaculada Concepción.
En la literatura que se ha escrito alrededor del tema, se dice que “Nury, con su voz, es capaz de resucitar los recuerdos más recónditos y conectarlos con un milagro en el advenimiento de unas nuevas navidades; su voz poderosa, tierna, juguetona, de una sensualidad que nos reconcilia con la memoria de nuestros patios y nuestros instantes de diciembre, encuentra una complicidad del clarinete del maestro Alex Acosta, “Muñecón”, cuya sonoridad y melodía nos llevan a la gracia y al gozo de unas fiestas en la que la luz de las velas iluminan doblemente el regazo intimista del misterio mariano y el sentido sagrado de las fiestas en el Caribe.- Alguna vez contó que en la calle alguien la señaló preguntando si era la misma Nury Borrás de la canción, y ella quiso decirle que no, que era la humilde profesora que cantaba en secreto y a escondidas desde niña, y se ruborizaba cuando todo el mundo tarareaba en su voz este tesoro musical.- Nació en la misma ciudad del autor el 4 de agosto de 1934, y en esa misma ciudad murió en 1995, a sus 63 años de edad.-
La canción llevaba 32 años continuos en la voz de Nury, hasta cuando Diomedes Díaz Maestre tuvo la ocurrencia de grabarla con el acordeón de Juan Rois Zuñiga, tema que fue incluido en el álbum “Fiesta Vallenata” de diciembre de 1993 y como él mismo lo dice en el intermedio de la canción, aquello fue un verdadero “tanganazo”.- Pero como principio tienen las cosas, regresemos al origen de la canción.- Resulta que en aquel entonces y con $70 pesos en sus bolsillos, Adolfo Echeverría viajó a Medellín, pero no logró convencer a las disqueras y entonces cogió de nuevo sus motetes y regresó a Barranquilla en donde le propuso a Mario Ochoa, que era propietario de una discotienda, para que le pagara el prensaje, como se decía entonces, de 50 discos de 78 revoluciones y entonces la luz se hizo al punto de llegar a vender más de cinco mil copias.- Este milagro hizo, como los niños que vienen con la arepa debajo del brazo, que sus demás temas fueron grabados por varios artistas y agrupaciones nacionales y de fuera del país, tanto que de ‘Las cuatro fiestas’ se han grabado más de 90 versiones, entre estas la de Diomedes Díaz, Los Melódicos de Venezuela, Zoila Nieto, Gabino Pampini e incluso una de Pedro Ramayá Beltrán con la misma Nury Borrás.-
El pedazo que nos falta es el siguiente: “Pero tan sabrosas son las fiestas de carnavales / con caretas y disfraces las comparsas vienen ya / con el golpe de tambora a la cumbia invita más / Con la batalla de flores el desorden se formó / las carrozas y las reinas alegran el corazón”.- Estas y otras canciones, como el tema ‘Amaneciendo’, hacen del barranquillero Adolfo Ernesto Echeverría Comas uno de los preferidos en las fiestas decembrinas en Colombia.- Acerca del festejo, Wikipedia señala que “Se celebra en Colombia como vigilia de la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, dogma que fue proclamado por el Papa pío IX en la bula Ineffabilis Deus el 8 de diciembre de 1854.- Es decir, hace 170 años, así que a celebrar hasta que amanezca con el permiso de la Bella.