Sin mucho ruido y en total discreción el jugador llegó a su pueblo natal para pasar unos días rodeado de sus familiares y amigos.
La noticia de la llegada de lucho a su casa en Barrancas, Guajira, se regó como pólvora. Centenares de personas se congregaron para lograr una foto o un autógrafo. Pero Luis fue muy discreto y poco se dejó ver.
Solo algunos privilegiados lograron entrar hasta la casa de sus abuelos paternos. Allí los recibió con cariño. Como un abuelo que lo abrazó y le regaló un vinagre artesanal para condimentar las comidas.
El encuentro fue registrado en las redes sociales. Lucho regresara mañana a Inglaterra para ponerse a disposición de su técnico.
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