Claudia López parece un retrato, siempre aparece con las mismas pintas y le gusta pasar desapercibida en temas de moda. Los únicos cambios que tiene es cuando se retira con su esposa Angélica Lozano a una finca cerca a Chía donde pasaron buena parte de la pandemia, ahí luce desaliñada y tranquila como si quisiera que la gente se enterara que ella nunca ha dejado de ser la estudiante luchadora de ciudad Bolívar que ayudó a impulsar un movimiento de la Séptima Papeleta desembocando en 1991 en una nueva constitución.
Pero cuando ejerce de alcalde su férreo talante se refleja en su pinta de camisa y pantalón en la que el broche de oro lo ponen sus pañuelos y correas, las cuales pueden llegar a costar más de 800 dólares. Hermès, Gucci y Balenciaga han firmado el look de la mandataria en variadas ocasiones, así como la marca de marroquinería colombiana Mario Hernández. Toda una decisión de estilo que habla de la obsesión de López por llevar el lujo a otro nivel.