Esta semana, después de analizados y discutidos los resultados de la primera vuelta de elecciones presidenciales, los candidatos que pasaron a la segunda vuelta enfilan sus más grande esfuerzos en conseguir alianzas para sumar votos, como el apoyo que sumó el candidato Gustavo Petro, de nombre Acuerdo Nacional para la Paz.
Ese Acuerdo Nacional para la Paz, que se traza como fin llevar a la Colombia Humana a la presidencia, al parecer no está teniendo presente al pueblo negro como actor político que pone voto. La Colombia Humana que por demás salió ganadora con los votos en territorio de comunidad negra, por el hecho de que esa propuesta política levantó la bandera de la paz y estas comunidades negras históricamente han sido golpeadas por la guerra saben que no pueden volver a ella.
En el lanzamiento de la gran Coalición Ciudadana por la Paz y la Vida, el día miércoles 6 de junio de 2018, las comunidades negras brillaron por su ausencia, al parecer se desconoce o menosprecia ese 20 o 25 % de la población nacional que es afro; aunque en el censo poblacional del 2005 del DANE solo se reconoció el 10,05% de la población afrocolombiana, negra raizal y palenquera. De la misma manera como se desconoce ese caudal de voto inconforme con el Estado colombiano.
El pueblo negro está en contra de la guerra, y se siente identificado con la propuesta de un acuerdo fundamental reflejado en el Acuerdo Nacional para la Paz, pero se siente excluida, en el sentido en que no está visibilizada en todas sus dimensiones, a pesar de que la más importante figura actual del movimiento negro acompañe al candidato, Francia Márquez Mina. Es de reconocer que el pueblo negro es más que Francia, y en esa amplitud, está el movimiento de Buenaventura y de Chocó —que realizaron el año pasado unas grandes movilizaciones—, el de Palenque en Cartagena, el caribe negro, el pacífico y su negrura. Todo ese pueblo requiere de su reconocimiento para así entre todos cambiar la realidad de Colombia.
Hoy el pueblo negro pide pista en esta gran coalición por la paz, porque tiene mucho que aportar a ese nuevo país como actor político principal en la construcción de una nueva sociedad, y para ello cuenta con ese caudal de votos de sus territorios.