El 26 del mes de junio de 2013 llegaron a la comunidad de Pogue Municipio de Bojayá – Choco, dos personas con armas largas y se identificaron como miembros del Ejercito de Liberación Nacional – ELN. Nos quitaron la gasolina y al parecer se desplazaron hasta Vigía de Fuerte en donde se desmovilizaron.
Después de estos hechos otros miembros del ELN han intimidado y restringido el libre tránsito de la comunidad de Pogue hasta sus fincas, impidiéndoles la movilidad por fuera del casco urbano y amenazándolos que no responden por la vida de quien lo haga hacia las riveras de los ríos.
Nos encontramos en total confinamiento y con mucho temor a quedar en medio de posibles enfrentamientos que se puedan dar entre actores armados ilegales o de estos con la fuerza pública.
Esta comunidad está conformada por 475 habitantes quienes nos encontramos preparándonos para un posible desplazamiento a la cabecera municipal de Bojayá – Bellavista.
El día 5 de julio de 2013, guerrilleros de la FARC realizaron un hostigamiento en la comunidad de Tutunendo en donde tiraron varios artefactos explosivos que por fortuna no cayeron en las viviendas de la sociedad civil, la comunidad se encuentra atemorizada ya que no es la primera vez que suceden hechos violentos que colocan en riesgo la integridad de los habitantes, pues el 2 de marzo de 2013 hubo un ataque a la estación de policía de esta localidad en donde miembros de la FARC tiraron 5 cilindros bombas que por fortuna no estallaron.
Ante estos hechos de violencia reiteramos el llamado a todos los actores armados a respetar y acatar las normas del derecho internacional humanitario sacando a la población civil de sus acciones violentas. Además exigimos respetar las autoridades propias de las comunidades que en este caso son los Consejos Comunitarios y sus reglamentos internos.
Alertamos a las Instituciones Estatales para que se tomen las medidas tendientes a garantizar la protección de los Derechos de estas poblaciones. De manera especial a la Defensoría del pueblo para que le haga seguimiento a esta situación y se emitan las alertas temprana, con el fin de activar todo el sistema de atención institucional y evitar que se repitan hechos lamentables como los conocidos el 2 de mayo de 2002.
A la comunidad internacional le insistimos estar vigilante sobre los reiterados hechos de violencia que viven las comunidades negras de la región, brindar su solidaridad y acompañamiento económico y político.