Las comunas de Medellín dejaron de ser las trincheras de guerra que en los años 80 y 90 convirtieron a la ciudad en la más peligrosa del mundo y hoy la alcaldía marcó 129 atractivos turísticos que forman las rutas comunitarias para mostrar la historia, el arte urbano y la comida típica de los barrios. La misma gente es la que organizan los planes para que los cientos de turistas que llegan a la ciudad conozcan una nueva cara.
Las ocho rutas han sido clasificadas como “parches”, son:
Organización comunitaria con mucho sabor (La América y San Javier -Comuna 13- )
Si alguna comuna ha sido capaz de contar otro cuento es la 13. Experiencias como el Graffiti Tour han sembrado confianza en los visitantes y han generado un recorrido de turismo comunitario que vale la pena emprender. Así mismo, la plaza de mercado de La América es un vivo ejemplo de la tradición a la vez que propone modelos innovadores de acopio, venta y sostenibilidad ambiental.
Hermosa vista y platos exquisitos (Villa Hermosa y Buenos Aires)
Este “parche” o programa luce y sabe a Medellín. Para divisar la ciudad, nada mejor que subir alguno de los siete cerros tutelares. Si también se quiere conocer una de las obras de transformación social y urbana, se puede recorrer alguno de los siete ecoparques que conforman el Circuito Circunvalar de Oriente. De bajada en la comuna 9, la torta de pescado, la empanada y otros antojos gastronómicos aguardan para reponer energía después de la caminada.
El parche pa’ respirar (San Sebastián de Palmitas)
Este corregimiento es una de las mejores opciones para desconectarse del ajetreo urbano sin salir de la ciudad. Un parche para estimular los sentidos con el aroma del café, el sabor de las almojábanas y la visita a los manantiales.
Tango, baile: cultura y arte (Manrique)
Un centro pequeño alrededor del tango, que resume historias y sonidos que invitan a transitar un barrio cargado de cultura, historias, tradiciones, contrastes y colores. El Museo Casa Gardeliana y el Balcón de los Artistas son dos referentes de este parche.
¡Vamos pa’l Centro!
Es lo primero que se debería conocer de Medellín ya que cuenta su historia, tradición y vocación. Esta comuna conocida como La Candelaria es para caminarla. El Palacio Egipto y el Mercado de San Alejo hacen parte de esta ruta de turismo comunitario.
Puro cuento, pero del bueno (San Antonio de Prado)
Un parche para los amantes de la bicicleta. Mantenimiento, taller, hospedaje y hasta “bicilicuadora” son algunas actividades para quienes emprendan esta ruta en la que se encuentra la Casa del Ciclista (Historia sobre Ruedas) y la Fonda La Moneda.
Naturalmente Mágica (Santa Elena)
Un recorrido por las fincas silleteras, los senderos ecológicos, los bosques y los jardines de flores de un corregimiento donde la naturaleza y las tradiciones campesinas son protagonistas.
¡El parche musical! (Robledo)
El histórico Jordán, recuperado por el Municipio y convertido en Centro de Documentación Cultural, el Teatro Colonial de Robledo y Escuela de Tango y la Casa Museo Salsipuedes hacen de este parche una ruta idónea para melómanos.