El contrato del túnel Tunjuelo-Canoas, una obra del Acueducto de Bogota adjudicado a los Solarte y a la brasilera Odebrecht en el 2009, según la fiscalía estuvo mediada por un millonario soborno. En su momento directivos del consorcio francés Soletanche Bachy Cimas, que perdieron la licitación denunciaron que funcionarios del Acueducto de Bogotá cuando el gerente era Jorge Enrique Pizano, quien también esta judicializado por este caso, pedían una coima del 8% para otorgar el contrato cuyo valor ascendía a los $244.363 millones.
Carlos Alberto Solarte y su hija Paula quienes estaban a la cabeza de la constructora no lograron demostrar su inocencia y la Fiscalía los acusó ante un juez que acaba de enviar al Buen Pastor a Paula y a su padre Carlos Alberto le otorgaron medida no privativa de libertad por razones de salud. Durante años los Solarte lideraron un verdadero emporio que controló varias de las grandes obras del país.