Alan Jara estuvo secuestrado seis años por las Farc, y tres años después de su liberación logró regresar a la gobernación del Meta en el 2012 que ya había ocupado en dos ocasiones anteriores (1990 y 1998). El Ministro Juan Fernando Cristo, respetando la cuota del Partido Liberal, lo hizo nombrar director de la Unidad de Víctimas un año después de terminar su mandato y donde no cumplió doce meses cuando tuvo que renunciar para afrontar varios procesos por posibles actos de corrupción durante su gobernación.
Tiene al menos dos ecandalos encima: el elefante blanco que termino siendo Llanopetro, cuya inversión alcanzó los $26 mil millones sin que haya quedado obra alguna, y los contratos para programas de bilingüismo en el departamento. La Fiscalía cuenta ahora con testigo clave que habla de coimas hasta del 30% para otorgar los contratos, recursos que se entregaban en billetes en cajas de cartón en la oficina de Jara. Señalamientos con pruebas de las que el ex gobernador tendrá que defenderse