Un testeo masivo, una infraestructura hospitalaria superior y la preparación del personal médico son algunas de las claves que explican por qué Berlín está obteniendo mejores resultados que sus vecinos a la hora de luchar contra la COVID-19.
"Una razón por la que tenemos tan pocas muertes en comparación con el número de personas infectadas es que hacemos muchas pruebas, medio millón a la semana”, explica el principal virólogo de Alemania, Christian Drosten.
El número de estas pruebas ha aumentado en las últimas semanas gracias a una gran red de laboratorios. Ya en enero, el Hospital Charite de Berlín, donde trabaja Christian Drosten, había informado a sus homólogos sobre cómo producir las pruebas para detectar el nuevo virus. Su uso generalizado explica en parte la tasa de mortalidad mucho más baja en Alemania que en otras partes
Aunque el número de infectado por el virus en Alemania llega a casi las 63 mil personas, la cifra de muertos es “sólo” de 541.
Mientras Alemania hace un promedio de medio millón de test por semana, otros países europeos, como Italia o España, hacen una media que va entre los 50 mil y los 100 mil test por semana.
Los virólogos del hospital Charite de Berlín creen que se necesitarían hacer tres veces más test que los actuales para tener una idea fiel del número de infectados por el virus, aunque creen que habría tres veces más afectados y que el número entonces se acercaría a las 200 mil personas.
Los especialistas en todo caso previenen que la dificultad de conseguir datos reales complica mucho la evaluación y que todas las cifras se basan en los números de personas diagnosticadas y no en todas las que tienen el virus.
Más camas
La toma de conciencia más temprana que en otros países y las numerosas pruebas han ahorrado tiempo y han preparado a los hospitales para una mayor afluencia de casos graves que requieren cuidados intensivos y asistencia respiratoria.
Además, Alemania tiene el mayor número de camas en Europa para enfrentar un problema sanitario de estas características. Y el número de plazas se va a duplicar y ya ha pasado de 20.000 a 30.000, según el Presidente de la Asociación Médica Alemana. Francia, con una capacidad de recepción mucho menor, ha optado por trasladar a sus enfermos, en particular en el este del país, a hospitales alemanes.
Entretanto, como medida preventiva, los alemanes han aplazado las operaciones que no suponen un peligro inminente para la vida de los pacientes con intervenciones programadas y se está capacitando al personal para utilizar el equipo. Alemania también ha separado claramente a los pacientes de COVID-19 de los demás en los hospitales, incluso a su llegada, para evitar un contagio innecesario.
Alemania no ha optado por una estricta cuarentena, como lo han hecho Francia o Italia. En cambio, prohíbe las reuniones de más de dos personas (excepto en el caso de una familia que viva bajo el mismo techo o en el lugar de trabajo). Los viajes están regulados, pero siguen siendo flexibles: ir de compras, ir al médico o al trabajo, hacer un examen, hacer deporte solo, todo esto sigue siendo posible.
Estas medidas deberían reducir los contactos sociales y, por consiguiente, el número de infecciones, a fin de evitar, como en Italia o España, que los hospitales se vean desbordados por la afluencia de pacientes en estado grave. Ya hay quienes se preguntan sobre las condiciones y el calendario para flexibilizar las medidas. La canciller Angela Merkel, ella misma en cuarentena después de haber sido vacunada por un médico que luego resultó estar infectado, subrayó que era demasiado pronto para especular sobre tales hipótesis. El jueves, el Ministro de Salud Jens Spahn describió la situación actual como comparable a "la calma antes de la tormenta", señalando que la crisis aún no había alcanzado su punto culminante con diferencia.
¿Hacia una estrategia coreana?
Un documento interno del Ministerio del Interior, que varios medios de comunicación publicaron el viernes, pide que se retomen las soluciones adoptadas en Corea del Sur, a saber, pruebas masivas para poder averiguar a gran escala quiénes están infectados antes de que se les aísle del resto de la población. Un método que permite a las personas sanas seguir llevando una vida normal y a la economía funcionar. Esta opción significaría aumentar el número de pruebas realizadas a 200.000 por día para finales de abril. Bosch anunció el jueves que un método rápido, con resultados disponibles después de dos horas y media, podría ser entregado en abril.
También se menciona el rastreo de personas infectadas utilizando datos de sus teléfonos móviles para encontrar los contactos que han hecho, pero plantea cuestiones éticas sobre la protección de los datos privados y la privacidad. Esas medidas, si se adoptan, podrían permitir a Alemania, siempre que la crisis no sea demasiado grave, reducir antes las restricciones actuales.
Artículo originalmente publicado en Radio Francia Internacional con el título: COVID-19: El método alemán para lograr menos víctimas mortales