Brandon Bernard tenía 18 años cuando, en compañía de tres jóvenes más –dos de ellos menores de edad— asaltaron y asesinaron a los pastores cristianos Todd y Stacie Bagley en junio de 1999, hace 21 años. Fue condenado a muerte junto con Christopher Vialva quien tenía 19 y fue quien disparó contra los religiosos.
Vialva fue ejecutado a comienzos de 2020. Brandon Bernard fue ejecutado el pasado 10 de diciembre y se convirtió en la primera de las cinco ejecuciones que el presidente Donald Trump ordenó se hicieran antes de entregarle el poder a Joe Biden, quien está en contra de la pena de muerte, el próximo 20 de enero de 2021.
Donald Trump echó para adelante las penas de muerte ignorando los pedidos de clemencia y los brotes de covid-19 en las prisiones y reanudó las ejecuciones federales después de una pausa de 17 años cuando el Presidente Obama y George Bush las suspendieron.
Pero además Trump rompe una tradición mantenida durante 131 años: desde entonces todo los presidentes salientes han suspendido las ejecuciones federales durante el período de transición. Una decisión que forma parte de la campaña política del mandatario republicano quien insiste en que hubo fraude electoral y por tanto sigue sin aceptar la legitimidad de la elección de Joe Biden, y por tanto no reconoce que se está en una transición. Igualmente siembre ha sostenido la importancia de la pena de muerte como mecanismo persuasivo contra la criminalidad en Estados Unidos.
El segundo en la lista de sentenciados de Trump fue Alfred Bourgeois, de 56 años. también morirá de inyección letal, como Bernard, este 11 de diciembre de 2020, un día después de la muerte del afroamericano.
Bourgeois torturó y asesinó a su propia hija en 2002. Su defensa ha asegurado que no debió ser ejecutado porque padecía de demencia, lo que le impedía entender por qué iba a morir. Bourgeois y Bernard se encontraban en la cárcel de Terre Haute, en Indiana.
Lisa Marie Montgomery fue capturada el 17 de diciembre de 2004 un día después de asesinar Bobbie Jo Stinnett, una mujer embarazada a quien le abrió el estómago y le robó a su bebé, a quien quiso hacer pasar como hijo suyo. Lisa será la tercera asesinada de la lista y la primera de 2021. Su muerte está programada el 12 de enero y se convertirá en la primera mujer que el Gobierno federal ejecutará desde hace 70 años.
Dos días después, el 14 de enero, será asesinado Cory Johnson. Fue condenado a muerte por el tribunal federal de Richmond en 1993. Jhonson y algunos miembros de su pandilla, también capturados, asesinaron con sevicia a 10 personas en menos de 45 días en 1992.
La defensa del sentenciado ha peleado que Cory tiene un coeficiente demasiado bajo para poder entender a lo que se enfrenta con la ejecución.
Cinco días antes de que Trump deje la Casa Blanca y le entregue el poder a Joe Biden, será ejecutado el afroamericano Dustin John Higgs quien fue acusado de participar en el homicidio de tres personas en 1996. Un jurado federal lo condeno a pena de muerte, aunque él no disparó contra las víctimas. El argumento de la fiscalía para matarlo fue que Higgs es el hombre que instigó el asesinato por el que fue capturado.
Las cinco muertes que Trump ha ordenado sean ejecutadas rompe con una tradición histórica de 130 años de detener las penas de muerte en medio de una transición de poder presidencial.
Donald Trump, quien entregará el mandato el próximo 20 de enero de 2021 pasará a la historia como el mandatario norteamericano que más ejecuciones ordenó en menos de un año. En 2020 completó 10 muertes por pena de muerte, una práctica de justicia con la que el electo mandatario Joe Biden y su vicepresidenta, Kamala Harris, buscarán detener.