La estrategia de la administración Peñalosa “ruta dos” --según se desprende de las revelaciones sobre inexistentes doctorados y maestrías académicas en su hoja de vida y los argumentos para sustentar algunas medidas, entre ellas la venta o privatización de la ETB-- es la de falsear información sustancial que, precisamente, llevaría a decisiones contrarias a las que toma o promueve el burgomaestre.
Se sabe que el mercado de las telecomunicaciones en el mundo y también en Colombia --aunque los funcionarios del alcalde con perfiles de comerciantes hagan ínfulas de experticias que no poseen-- es el sector de grandes oportunidades y el de mayor crecimiento. En un mundo amenazado por el fenómeno planetario del cambio climático, es un sector de producción de riqueza sin la emisión de los contaminantes gases efecto invernadero. Poseer un activo de las características descritas, entonces, es tener una joya de la corona.
Hace unos años, por falta de visión, la ETB, en otrora orgullo de los bogotanos, se encontraba en proceso de marchitamiento. El atraso tecnológico, encallada en la telefonía fija de alambre de cobre, sumada al desgreño de gerencias con poca capacidad empresarial e interferencias corruptas, la tenían al borde de la liquidación. Los ingresos se desbarrancaban desde el 2013 para alcanzar la insostenible cifra de 1 billón en el 2022 y el EBITDA (utilidades antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) se reduciría en el 2022 a 71 mil millones y las utilidades llegarían a un valor negativo de menos de 470 mil millones de pesos . Así pues, con esa dinámica, sin remedio, la ETB perdía valor años tras año.
Aún así, a pesar de la resistencia al cambio que se encontró por dentro y por fuera de la ETB, se realizó la inversión en la “autopista” de la fibra óptica y el dinámico negocio de la telefonía móvil. Las proyecciones del negocio, a diferencia de las falacias de la actual administración, indican que las cifras aumentarían, a partir 2015, de $1.4 billones a 3.3 billones de pesos en el 2022; el EBITDA de $400 mil millones actuales (35% sobre ventas) aumentaría a más de $1,5 billones (48% sobre ventas) en 2022. Además, la utilidad operacional negativa en 2015 crecería a más de $852 mil millones y la utilidad neta de negativa en 2015 a se inclinaría a $596 mil millones en 2022. Adicional, la ETB goza de bajo endeudamiento ($530 mil millones en pesos al 7% anual) que no representa más de una vez el EBITDA anual del 2016. A su vez, la empresa no tiene pasivos pensionales (1.3 billones transferidos a Positiva, a diferencia de TELECOM con un pasivo de 3.4 billones en 1994) y goza de Acuerdo de Estabilidad Jurídica. En síntesis, la pasada administración, entregó una empresa saneada y con la tecnología necesaria para incursionar, competitivamente, en el sector de las telecomunicaciones.
Quienes conocen el universo empresarial, distinto a los cazadores de rentas y especuladores en paraísos fiscales, saben que las inversiones realizadas se rentabilizan a largo plazo y solo ahora empiezan a generar resultados. El ingreso proyectado para el 2016, con una verdadera gerencia y no un liquidador, es de el 16% para alcanzar ventas de más 1.6 billones. Se sabe que en el sector de las telecomunicaciones el grueso de los ingresos se genera en la medida en que se van acumulando un mayor número de clientes activos.
Por otra parte, es pertinente resaltar que la ETB realizó la inversión que ningún otro operador (público o privado) ha sido capaz de realizar: pasa fibra óptica por más de 1´250.000 hogares, 620.000 conectables , siendo la ETB la única empresa que pueda ofrecer velocidades de más de 150 megas, con un crecimiento dentro de los estándares internacionales comparadas con empresas del sector. Con caja suficiente y la capacidad económica para su crecimiento, sin duda, ETB está preparada para competir en el sector de las telecomunicaciones. Semejante ponqué robusto, animados por el negocio, Peñalosa lo quiere regalar a los privados.
Finalmente, la ETB-- con EBITDA de más de $500.000 millones en 2016-- acumularía más de $2.0 billones en cuatro años, adicionales a los $700 mil en caja que tiene actualmente. Así pues, una privatización sustentada con falacias u ocultando información privilegiada a favor de terceros (eventual comprador) , según la letra de los Códigos vigentes, configura un delito grave que puede llevar a la cárcel. Como hacen los de “cuello blanco”, para aliviar el estrés, seguramente, los implicados pedirán casa por cárcel. Amanecerá y veremos.