La situación que viven actualmente cientos de excombatientes de paz en el antiguo espacio territorial Amaury Rodríguez en Pondores (La Guajira) es lamentable en lo que se refiere a las instalaciones y viviendas. Cabe recordar que el lugar fue construido en el año 2017 como resultado de los acuerdos firmados entre las FARC-EP y el Estado en cabeza de Juan Manuel Santos.
El deterioro en las instalaciones es evidente y apenas previsible, ya que las casas fueron construidas solo para un lapso de 6 meses. Sin embargo, el próximo 2 de febrero los excombatientes cumplirán 6 años ubicados en este lugar.
Las viviendas fueron construidas con superboard y no se impermeabilizaron. Por eso, en tiempos de lluvia, los reincorporados junto a sus familias deben estar moviendo la cama y otros objetos para que no se mojen. Hay que reubiciar “el chifonier o lo que uno tenga para que no se vaya podrir como efecto de las goteras”, dice uno de ellos.
La mayoría de las viviendas gotean en invierno, pero el Estado no ha solucionado esta situación definitivamente. Cada dos años, entrega un pote de pintura, el cual resulta insuficiente para cubrir las estructuras, cuyas dimensiones son 6x4 metros.
Por otro lado, las láminas que encierran las viviendas están fabricadas de asbesto, un producto riesgoso. Cuando las personas inhalan esta sustancia en altos niveles, esta tarde o temprano entra al aparato respiratorio y puede generar graves consecuencias: cáncer de pulmón, cicatrices, insuficiencia respiratoria, alergias e inflamación.
A lo anterior se le suma que las baterías sanitarias están deterioradas o inservibles, y existe escases de agua. Los excombatientes han venido cubriendo algunas necesidades desde su propia gestión, pero le hacen un llamado urgente al gobierno nacional para que solucione esta situación, ya que en este espacio habitan aproximadamente 130 niños entre los cero a cinco años, que son hijos de excombatientes, de familiares o de otros miembros de la comunidad.