"A 5 meses de los comicios de marzo del próximo año, las fichas del ajedrez político colombiano parecen irse moviendo claramente y con ellas la definición del partidor de aspirantes que desean reemplazar al actual mandatario nacional. La reciente elección del candidato del Uribismo se convierte en el punto de quiebre de esta campaña venidera".
Algunos días atrás la baraja de presidenciables orbitaba entre dudas y acertijos, entre maniobras calculadas, golpes bajos, amenazas de ruptura y guiños de reconciliación. A excepción de la candidata de la Izquierda (Clara López) el resto de coaliciones en contra de la reelección de Santos incluido el bloque de poder emergente de derecha (Puro Centro Democrático, del ex presidente Uribe) seguían sin definir su mecanismo de elección de su contendor cara a la primera vuelta. Hace ya un par de semanas en medio de un proceso bastante controvertido el cuartel de la “Seguridad Democrática” decidió escoger prematuramente a Oscar Iván Zuluaga como candidato. Las divisiones en el Uribismo, la egolatría rondante entre quienes aspiran a ocupar el espacio de la llamada “Tercería” que ha resultado el la no escogencia de un postulante único mediante consulta o decisión concertada y la indecisión del conservatismo vislumbran un escenario en el cuál el presidente con los más bajos niveles de popularidad desde la época de Andrés Pastrana tiene la opción más cercana de ganar por sustracción de materia. El terreno está allanado para que el oficialismo continúe en el poder ante la ausencia de rivales de peso.
* La paz: Un asunto de honor.
El acuerdo Gobierno-FARC sobre participación política, punto dos de la agenda, ha terminado por crispar todavía más la campaña presidencial. El Uribismo, siempre hábil en el arte de repetir al estilo Joseph Goebbels mensajes repetitivos para lograr resultados en su electorado, no ha dudado en tildar de “Farsa” lo acordado en la mesa de negociación. Los meses venideros prometen ser los más crispados entre un gobierno que lanza mensajes simultáneos de guerra y paz a través de sus emisarios Pinzón y De la Calle y una oposición de derecha que no renuncia a retornar al poder utilizando todo su arsenal regional, su influencia en sectores non sanctos que aportan además de caudales importantes de votos, un músculo económico para sus listas nacionales de senado y regionales de Cámara de representantes. Los meses siguientes auguran un recrudecimiento de la violencia por parte de aquellos sectores que se identifican políticamente con el Ex presidente Uribe como mecanismo desestabilizador del estado actual presidido por el presidente Santos. Del avance o retroceso de las negociaciones en La Habana pende en este momento el éxito o fracaso de Uribe y su séquito de idólatras.
* Zuluaga: Un Candidato que no despega
Después de una deslucida consulta en la que resultó ganador Oscar Iván Zuluaga, luego de un dudoso proceso de escogencia que incluyó empellones, denuncias de adulteración de votaciones, acusaciones entre los precandidatos Santos y Zuluaga, las principales conclusiones saltan a la vista: El Uribismo entra en la recta final para enfilar baterías contra el cuartel reeleccionista, el candidato de Álvaro Uribe se impuso de manera sinuosa con el visto bueno del mentor del UCD, la derrota de Francisco Santos implica su retiro implícito del escenario político y con el una pérdida importante de electores de opinión para el UCD en las principales ciudades del país. De la mano de lo anterior surge el principal lastre que este grupo de derecha tendrá que cargar: Su candidato, un diligente economista, ex ministro de hacienda, ex alcalde de un pequeño municipio del departamento de Caldas (Palestina) quien carece de las emociones, y carisma necesarias para liderar un agrupamiento político visceral, pendenciero, incendiario, que durante la última década ha cabalgado avante sobre aquellas virtudes en el escenario nacional encarnado en la figura de su mentor todo poderoso Uribe.
* El Congreso de la República: La primera batalla del Uribismo.
A pesar de la ruptura que significó escindirse totalmente del Partido de la U, el Uribismo ha logrado durante este periodo como opositores juntar a todos sus alfiles “Pura Sangre” en torno a la recuperación del poder, enarbolando la consigna por todos conocidos “Seguridad Democrática y Confianza Inversionista”, recuperando la fuerza regional que han venido acumulando con políticos tradicionales y emergentes, alianzas con grupos paramilitares y financistas de dudosa procedencia. La inclusión de Cielo Gonzalez (Ex candidata a la Gobernación del Huila), David Cabrales (Ex Candidato a la Alcaldía de Montería), Alfredo Ramos Maya (Hijo del Ex Gobernador de Antioquia Luis Alfredo Rámos) sumado al ingreso de los más fieles columnistas del círculo Uribista, Alfredo Rangel, Paloma Valencia, Ernesto Macías Tovar y el controvertido José Obdulio Gaviria le dan a esta lista cerrada al senado la impronta guerrerista y controversial que matiza parcialmente la ausencia de “Espíritu Uribista” del candidato Zuluaga.
La estrategia electoral del ex presidente de Colombia y su equipo centrada en lograr la mayoría electoral en Antioquia, Casanare, Meta y Cundinamarca, un significativo caudal de opinión en Bogotá y la movilización de sus bases en la provincia sumado a la designación de 300 jefes de campaña regionales para lograr según sus propias cuentas 4.057.000 votos se convierten en las cartas marcadas de las huestes de la “Derecha pura y dura” colombiana de cara a los comicios venideros. La idea de lista cerrada, la inclusión de Uribe como cabeza de lista a Senado y el cambio reciente de nombre del nuevo agrupamiento (Que pasó de ser Puro Centro a Uribe Centro Democrático) buscan darle una identidad marcada paralela a la de sus rivales directos (La Unidad Nacional y la coalición de partidos que lo conforman).
* Entre pasillos: Las candidaturas B del UCD.
Ante el inminente estancamiento en las múltiples encuestas presidenciales de Oscar Iván Zuluaga (Tendencia ratificada por el balotaje más reciente del Centro Nacional de Consultoría que lo sitúa con un lejano 11% comparado al 34% del presidente Santos) candidato que ha sido superado en todas las mediciones por su antiguo rival interno Francisco Santos, sectores de este movimiento han venido sugiriendo al mandamás de la agrupación la elección de otro postulante. Para aquella tarea ha venido emergiendo una baraja de nombres que se decantan en dos posibilidades fuertes: Angelino Garzón y quien toma cada vez más fuerza al interior del naciente movimiento: Luis Alberto Moreno, ex ministro de desarrollo económico de Cesar Gaviria, ex embajador y actual presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, ficha de total confianza del Departamento de Estado de los Estados Unidos, factor de suma relevancia al interior de un movimiento sin crédito alguno en los círculos de poder norteamericanos. Moreno, quien ha sido uno de los líderes a la sombra de la tecnocracia gobernante en Colombia podría aportarle a este grupo de derecha un alineamiento más diplomático y cercano a los sectores de opinión de “Centro” que no comulgan con los métodos y formas violentas de hacer política del Uribismo.
El camino parece irse aclarando, el reeleccionismo en cabeza del dueño del poker estatal utilizará toda la burocracia gubernamental para seguir otros 4 años, el Uribismo, fiel a su principio de confrontación sin tregua desde lo legal o ilegal, buscará llenar de piedras el zapato de las aspiraciones Santistas con sus mejores cartas, la tercería por ahora ha decidido situarse en el palco y ver la corrida sin apremio. La suerte está echada, una vez más la carrera por permanecer en la casa de Nariño depende de la tómbola de la guerra y la paz, con un atenuante sin precedentes: La desestabilización institucional de por medio.
Twitter: pineda0ruiz
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