Bolívar es uno de los 32 departamentos de Colombia, fundado como Provincia en 1513, erigido en Estado Soberano en 1857 y creado como departamento en 1886; esto significa que es uno de los más antiguos. Acudiendo a Wikipedia, Bolívar tiene una extensión de 25.978 kilómetros cuadrados, ocupando el décimo cuarto (14) lugar en extensión a nivel nacional y el de mayor tamaño de la Costa Caribe. De acuerdo con las proyecciones del DANE, en 2023 Bolívar tiene 2,25 millones de habitantes: 1,13 millones de mujeres (50,4 %) y 1,12 millones de hombres (49,6 %).
Entre sus actividades económicas se destacan: agrícolas, ganaderas, la pesca, minería, industria y turismo, este localizado en Cartagena, en la zona norte y en el sur, especialmente en Mompós. En ganadería, tiene vacunos, porcinos, equinos, mulares y caprinos. La pesca marítima y continental es de alrededor de 263.000 toneladas. Bolívar cuenta con cerca de 1,4 millones de hectáreas aptas para la producción agrícola. Los principales productos son yuca, ñame, arroz, maíz y palma, que han bajado debido al impacto importador propiciado por los TLC. Tiene un sector industrial con base en el petróleo, especializado en polipropileno, policloruro de vinilo, insecticidas, plástico, caucho, envases, empaques y químicos, además de hierro y aluminio, que son productos de exportación, todos de un mismo conglomerado.
Con este potencial, Bolívar es uno de los departamentos más rezagados en sus indicadores de calidad de vida, como lo denunció el periódico El Universal del 5 de junio de 2023. Bolívar sigue con una pobreza multidimensional del 19,4 %; o sea, de cada 100 habitantes, 20 se encuentran en la pobreza, con el agravante de que en los centros poblados rurales y dispersos es del 34,6 %. Esa pobreza es el cúmulo de las Necesidades Insatisfechas: En educación tiene un analfabetismo del 12,4 %, con bajos logros del 46,9 %, un rezago escolar del 28,9 % y una inasistencia del 3 %. Las barreras del cuidado a la primera infancia, está por el 9,3 %, con un trabajo infantil del 1,8 %. El trabajo informal es el 83,7 % y el desempleo de larga duración del 12,1 %. El 5,5 % de la población carece de asegurabilidad en salud, el 32,7 % elimina inadecuadamente las excretas, el 16,4 % carece de pisos adecuados, el 15,1 % no tiene fuente de agua mejorada y el 11,4 % se encuentra en hacinamiento habitacional.
El presupuesto de Bolívar es de $2,5 billones para 2023 y sigue en manos de los clanes políticos que se reúnen para financiar al candidato que les permita disponer de este tesoro. Sus personajes los rotan de la Alcaldía de Cartagena a la Gobernación de Bolívar y viceversa, con financiación multimillonaria de sus campañas; son especialistas en saquear. Tienen influencias en los organismos de control y vigilancia y acuden a todo tipo de prácticas para asegurar su elección, desde la compra del voto hasta contactos en la Registraduría –el que escruta, elige–, fletan a amplios sectores del periodismo y tienen los jueces que refrendan los resultados. El modelo económico y estos “mismos con las mismas” son los responsables de la crisis de esta población.
Ante ellos, como un Quijote con hidalguía, se levanta el candidato David Múnera Cavadía, un profesor universitario, que de la mano del partido Dignidad y Compromiso, le dice a ese pueblo que no todo está perdido, que hay esperanzas y cuentan con otra opción: ¡Con Múnera se podrá tener un Bolívar decente, sin corrupción!
