El 12 de octubre de 2011 las 32 universidades públicas del país entraron en un paro nacional que se extendió más de un mes y logró tumbar el proyecto de ley que el entonces presidente Santos radicó en el Congreso, cuando llevaba un año en el gobierno, para reformar la Ley 30 de 1992. Aquella vez, la hoy desaparecida Mesa Amplia Nacional Estudiantil —MANE— encadenó una serie de marchas que comenzaron en abril, pero tomaron vuelo en el mes de octubre.
Hoy la historia se repite. Siete años después, ahora el recién llegado presidente Duque tendrá que enfrentar un nuevo paro estudiantil nacional, y tal vez la protesta social de mayor magnitud en el año. Las exigencias, que no parecen ser nuevas, no quieren volver a caer en oídos sordos. Santos les prometió a las organizaciones estudiantiles y a las universidades mayor financiamiento a través de la reforma tributaria de 2016, en la que se destinaron unos recursos específicos para la educación, pero con lo que no contaron las universidades es que la plata, que empezó siendo un bote de $ 400.000 millones en 2016 y terminó siendo de $ 100.000 en 2018, se fue para el ICETEX y el programa Ser Pilo Paga.
Las universidades públicas se sienten ahogadas. La Nacional, a pesar del desfinanciamiento que ha reiterado su rectora Dolly Montoya, se mantiene como la mejor del país. Pareciera que están haciendo maravillas para llegar a fin de año y logran rendir la plata cuando ya no hay más. Y ese es el panorama de las otras 31 universidades, que hicieron el cálculo en por lo menos $ 15 billones de déficit. La plata parece no alcanzar para tantos estudiantes que entran cada año a la universidad: en 1993, el gobierno destinó $ 1.72 billones para 160.000 estudiantes, y en 2016 el aporte fue para $ 2.93 billones para más de 600.000 estudiantes.
Pero detrás de esta nueva marcha y paro estudiantil volvió a aparecer una nueva generación de jóvenes que se organizaron en la Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles —ACRES— y la Unión Nacional de Estudiantes de Educación Superior —UNEES—. Y lograron tener el importante respaldo de los profesores, quienes también se sienten ahogados porque no tienen plata para investigar y aunque tienen doctorados y libros publicados, solo ganan entre 4 y $ 7 millones mensualmente, y de los rectores, para exigirle al gobierno sin miedo un aumento en el financiamiento de la educación pública. ¿Quiénes son los rostros detrás de la gran marcha estudiantil que quieren poner a marchar a todo el país?
José Cárdenas - Universidad Pedagógica - ACRES
José Rodríguez - Escuela Superior de Administración Pública - ACRES
Alejandro Palacio - Universidad Nacional, sede Medellín - ACRES
Santiago Acuña - SENA - ACRES
Ana María - Universidad Pedagógica - UNEES
Valentina Ávila - Universidad Javeriana - UNEES