Colombia un país cobijado por la guerra desde sus orígenes, de la misma manera ha sido un país que ha construido diversos caminos para conseguir la paz, los cuales hasta el momento no han arrojado algún resultado importante; aunque nuestros libros de historia no lo reconozcan, la mujer ha tenido un papel determinante en estos procesos, en los últimos años se han evidenciado las fortalezas y capacidades de la energía femenina en todos los campos del conocimiento, pero aún hace falta reflexionar sobre el verdadero papel que juega tanto la mujer en general como nuestras Cantadoras, en ellas reposan las herramientas para superar todos los obstáculos que enfrentamos en la mal llamada modernidad como la violencia, el permanente daño ambiental, el racismo en todas sus dimensiones y el radicalismo religioso.
En el ámbito de la música clásica el papel de la mujer ha sido desconocido y limitados sus espacios, en 1970 la presencia de la mujer en las orquestas de Europa era prohibida, en el caso de la dirección orquestal la presencia femenina sigue siendo muy precaria. Escribe Josep Martí:
¨De la cultura occidental debemos tener claro que la discriminación de la mujer en el mundo de la música no se limita a estilos o géneros determinados, sino que es generalizable al conjunto del fenómeno musical, hecho lógico si tomamos en cuenta que el sexismo posee en nuestra sociedad una sólida base estructural.¨
A lo largo del tiempo las mujeres han creado nuevas formas de pensamiento y construcción de saberes que no han tenido registro alguno y por tanto negado al mundo su legado, esta nueva forma de pensamiento es a la que debemos remitirnos para estudiar y contemplar la otra parte de la historia que nos hemos negado ver; en el ámbito de la música popular en Colombia las mujeres han sido durante siglos las encargadas en gran parte de mantener y divulgar las tradiciones orales de sus pueblos de manera anónima, a través de su voz expresan la forma en la que perciben su entorno, la visión con las que ellas y sus pueblos afrontan su realidad, su verdad y transmiten los conocimientos que han heredado de sus antecesores. Estas mujeres representan valores activos para la construcción de la paz, cada día buscan alternativas creativas y productivas a través de sus creaciones.
Desde Europa se ha liderado la realización de diversos trabajos discográficos festivales y conmemoraciones en donde la mujer, su voz y creatividad exponen nuevas dimensiones del saber, en Colombia aún son muy estrechos los ámbitos en los que la mujer y su voz tienen una resonancia importante, en los campos de la construcción de la paz no se le ha dado la palabra a la mujer y mucho menos a las Cantadoras quienes tienen un sinnúmero de conocimientos que aportar en materia de derechos, justicia, reparación, desarrollo y paz (ya que son provenientes de zonas afectadas por el conflicto armado) mucho menos se les ha brindado espacios generosos en los procesos de reconstrucción sociocultural y lucha en contra de todas las manifestaciones de violencia física, verbal, psicológica y estructural, esta última obedece a la violencia manifestada en los niveles sociales que impiden el desarrollo en todas las dimensiones del ser.
El tambor ha sido por excelencia el compañero rítmico de todas estas expresiones orales que han trascendido a través del tiempo y el espacio, el tambor es la presencia y energía masculina que completa la inconmensurable fuerza femenina de estas músicas, el tambor determina la velocidad y el aire musical que ejecuta la cantaora (mujer que al cantar ora) o cantadora (mujer que al cantar adora), el coro hace parte importante de los grupos tradicionales de la música cantada, constituyendo en muchos casos bloques de hasta 15 mujeres respondiendo al verso de la cantadora y batiendo sus palmas o el guasa (sonajero tubular) al compás del tambor; antiguamente las mujeres que se dedicaban a cantar podían hacerlo solo después de haber dado a luz, puesto que eso no solo desarrollaba mayor fuerza en su caja torácica y firmeza al cantar, si no que la maternidad representaba para ellas y su pueblos un paso a la sabiduría y al entendimiento de muchos misterios de la naturaleza.
Será difícil encontrar la paz mientras no seamos capaces de escuchar la otra mitad de la humanidad y sigamos desconociendo el aspecto femenino del universo. A lo largo de la historia nos han enseñado a asociar feminidad con debilidad y pecado, todas las filosofías religiosas que aún se mantienen refuerzan el credo de la fragilidad femenina, por ejemplo la doctrina católica en su libro sagrado conocido cono LA BIBLIA condena a la mujer, acusándola de ser infiel, moralmente inferior, mala y la causante de la expulsión del hombre del paraíso, es preciso reflexionar sobre el enfoque que la religión le ha dado a esta entretenida historia del libro del génesis puesto que es manifiesto al sentido común que gracias a la mujer el hombre se hizo conocedor del bien y del mal, se hizo consciente de su responsabilidad y desde ese día hombre y mujer son los responsables de armonizar la tierra poniendo en función su energía creadora (femenina y masculina).
Esta es tan solo una de las tantas afirmaciones de los libros de la biblia:
"La mujer debe aprender a estar en calma y en plena sumisión. Yo no permito a una mujer enseñar o tener autoridad sobre un hombre; debe estar en silencio. Adán fue creado primero, luego Eva. Y Adán no fue el engañado; fue la mujer quien fue engañada y se volvió pecadora".
(I Timoteo 2:11-14).
Plegaria que aparece en varios libros de oraciones judías:
"Alabado sea Dios que no me ha creado gentil. Alabado sea Dios que no me ha creado mujer, Alabado sea Dios que no me ha hecho ignorante."
Lo anterior es solo un ejemplo de cómo la mujer y por tanto el aspecto femenino de la humanidad ha sido deformado, alterado y corroído por doctrinas y creencias que nos llevan a la división. Las mujeres artistas especialmente las cantantes y cantadoras colaboran desde su qué hacer para constituir un dialogo que nos conduce a originar nuevas reflexiones sobre los patrones preestablecidos en los que nos han enseñado a pensar y a sentir.
Dice Valie Export: ¨los nuevos valores que las mujeres incorporamos a las artes darán lugar a nuevos valores para la humanidad en el transcurso del proceso civilizador.¨
Ha sido tan certero el papel de la mujer artista en el mundo a la hora de denunciar la discriminación, el hambre la pobreza y promover la paz que sus trabajos y presencia en los escenarios han sido censurados, polémicos casos como los de Dorothy Masuka, Malouma, Balabil, Stella chiweshe, en Afganistán tienen prohibido cantar, muchas han muerto por este motivo, solo se les permite hacerlo en reuniones privadas donde son obligadas a prostituirse. Natacha Atlas alza su voz viviendo en Egipto e Inglaterra, Ruby (Egipto) actualmente afronta frecuentes censuras por su trabajo en un país encaminado al capitalismo bestial y de los llamados democráticos. Las mujeres hacen público su rechazo a la violencia, aportando visiones creativas para construir nuevas sociedades basadas en otras maneras de ver el mundo. Estas iniciativas y movimientos ayudan a abrir espacios para la articulación de diversas perspectivas de voces y soluciones alternativas a cada conflicto.
La mujer Cantadora en Colombia ha sido símbolo de persistencia, creatividad y fortaleza; En los procesos históricos de nuestra conformación como nación han tenido que librar grandes luchas no solo en pro de sus derechos de género sino por el contrario han sido defensoras de su familia y de sus saberes.
Es incuestionable el aporte femenil al cuidado y defensa de las tradiciones y conocimientos populares, uno de estos saberes es la música que como testigo eterno y silencioso ha inmortalizado los grandes acontecimientos de nuestra transformación e historia; el canto ha sido el instrumento y herramienta principal de estas mujeres generalmente adultas que durante su infancia aprendieron las ricas tradiciones orales de sus pueblos; la mujer canta a la vida mientras lava, apila el arroz, prepara los alimentos, boga o rema por los ríos. Las cantadoras son mujeres comprometidas con sus realidades, dan respuesta a dicha realidad con propuestas innovadoras y fundamentos significativos los cuales podemos encausar para reinventar alternativas que conlleven a la paz y la superación del conflicto en cada rincón de nuestro país, cada una de las cantadoras tiene mucho que contar acerca de su lugar de origen, el conflicto y las alternativas en la búsqueda de superarlo. En Colombia son inexplorados los caminos para hacer que las cantaoras se conviertan en embajadoras no solo de tradición y patrimonio sino también de paz, es preciso ejecutar proyectos de divulgación donde estas mujeres sean escuchadas y puedan mediante su canto propiciar una seria reflexión sobre como disminuir hasta su extinción el conflicto y la violencia en todos sus niveles; en todo el mundo las mujeres han levantado voz de protesta en contra de la guerra y la discriminación a través de festivales, discos, canciones y mesas de trabajo, es preciso articular a las cantadoras colombianas en varios proyectos donde puedan ser embajadoras de paz y cultura, llevando su voz, mensaje, experiencia y sabiduría a todos aquellos procesos interesados en armonizar nuestra estancia en el planeta, respetando la vida y la diversidad.
La importancia que tiene el canto como patrimonio inmaterial y herramienta creativa para contar, visibilizar y superar las dificultades propias del entorno aun es huidizo, sus cantos son libros abiertos que cuentan nuestra propia historia y se resisten a dejar pasar desapercibida esa huella de África, Europa y América en nuestra sangre; con el tiempo las cantadoras han logrado renovar la función de la música y que esta tome una nueva misión y dimensión, despertando en las nuevas generaciones la determinación de aprenderla y divulgarla, para así garantizar su permanencia y continuidad en los actuales procesos creativos de nuestra sociedad, ellas son el alma de un pueblo.
Tito Medina Jiménez
Músico, productor e investigador
Director de la Fundación Río al Sur
www.rioalsur.org
