Una semana antes del Giro de Italia una noticia ensombreció al país: Egan Bernal, quien sería el líder del equipo INEOS, sufría una caída en un entrenamiento en Andorra. El diagnóstico no podía ser peor: en una bajada se había roto la clavícula y fracturado el tabique. No podía correr el Giro. Su recuperación era riesgosa. La clavícula se había roto en cuatro partes. No era una recuperación cualquiera. No era la primera vez que se rompía ese hueso. En la etapa final de la Vuelta a Cataluña en marzo del 2018, cuando estaba a punto de coronarse subcampeón a los 21 años, una caída dio al traste con su intención y lo incapacitó durante tres meses.
Sin embargo estas no han sido las peores caídas de un muchacho que desde los 16 años viene marcando los vatios más potentes del pelotón internacional. Su victoria en el Tour de L’Avenir del 2017 confirmaba los buenos augurios. El equipo más poderoso del mundo, el Sky, lo contrató. En su primer Tour tuvo un comportamiento tan destacado que fue el bastón en el que se sostuvieron Thomas y Froome para ser 1 y 3 de la competencia. La etapa en el Alpe de Huez demostró que todo lo que se esperaba de él era cierto.
Iba a ser protagonista de la Vuelta a España en el 2018 pero una caída terrible junto a Mikel Landa en plena clásica de San Sebastián. El golpe fue tan duro que perdió dos dientes, se rompió el hueso de la mejilla. Acá algunas imágenes:
Pero la caída previa al Giro lo sacó de concentración, lo deprimió y fue la ayuda de su novia la que le impidió caer en un pozo depresivo. La recuperación fue intensa, era dificil que estuviera listo para el Tour de Francia. Pero ocurrió el milagro, otra vez su disciplina le hacía lograr lo imposible. Su victoria en la Vuelta a Suiza demostró que estaba listo para afrontar el Tour. En un principio iba a ayudar a Froome pero su terrible accidente lo marginó de la competencia más importante del mundo. Llegó como co-lider con Thomas al Tour, pero la carretera lo está poniendo en su lugar. En las dos etapas que queda Egan, distanciado apenas a 1,30 de la camiseta amarilla lo dará todo para lograr lo que ningún ciclista ha podido hacer en este país: ganar el Tour de Francia.