El artesano es originario de Tuchín, Córdoba, municipio famoso por la producción de artesanías. Actualmente lleva 15 años dedicado a este oficio y gracias a él pudo mejorar tanto sus ingresos como su calidad de vida. Mostrando su trabajo ha viajado por todo el país y llegó hasta la lejana ciudad de Osaka en Japón. Es dueño de una microempresa donde trabaja con su esposa e hijas, además de otros empleados. Para las piezas que hoy se vende, contaron con el apoyo de otros 11 artesanos “Y detrás de cada uno de ellos había más gente. Son varias personas las que intervienen en la cadena de producción de una artesanía. Es importante hasta el trabajo del campesino que cultiva la planta”.

Además, Hander recibió acompañamiento por parte de la Promotora de Comercio Social, una iniciativa que lleva más de 30 años y que ayuda a pequeños empresarios apoyándolos antes, durante y después de la venta de sus productos. Diana Benjumea, directora de la promotora, cuenta que para elegir a los artesanos que elaboraron la colección hubo un riguroso proceso de selección. Al final 6 artesanos fueron elegidos. Cada artesano representa una unidad de trabajo de hasta 100 personas. “Ellos recibieron acompañamiento en procesos de producción. Analizamos el costo y el tiempo invertido de cada pieza, y cuando tenían una capacidad limitada, los ayudamos a contactar otros artesanos para que pudieran producir más piezas. De igual manera nos encargamos de transmitirles las tendencias de colores y diseños para que ellos las desarrollarán por medio de la técnica que trabajan”, afirma Diana Benjumea.