La contaminación del aire en Medellín ha llevado al Alcalde Federico Gutiérrez a tomar medidas drásticas que incomodan a los ciudadanos como tener que ampliar la hora pico. Todo pasa por un control minucioso de las herramientas de medición de la calidad del aire que ha permitido mejorar la situación
La localización geográfica con las montañas que rodean la capital antioqueña y los nueve municipios del valle de Aburra, no ayudan. Son especialmente dos momentos del año, en las transiciones entre temporadas secas y húmedas, febrero-marzo y octubre-noviembre, en las que se agudiza la situación. El aire no asciende por encima de las montañas para que los vientos alisios lo saquen y se forma una especie de contaminante olla de presión.
Y sin embargo, Medellín no figura dentro del ranking de las ciudades más contaminadas del mundo en el 2018.
Las autoridades de Medellín, han realizado una fuerte inversión en tecnología de medición. El área metropolitana cuenta con más de la mitad de las estaciones meteorológicas que existen en el país, distribuidas entre 19 poblacionales, y 3 estaciones que miden las fuentes móviles (vehículos, motos, etc.). Nueve de estas estaciones están ubicadas en el Municipio de Medellín y de a una en cada uno de los municipios restantes. Es la mayor infraestructura de control en el país, a manera de ejemplo, Bogotá solo posee 12 estaciones, para contralar un área 4,6 veces mayor (1.775 km2) que Medellín (382 km2).
Además, está el avance en la tecnología de medición, la ciudad se ha movido a medidores automáticos de material particulado (PM). Posee 22 medidores que lo miden en línea mediante fotómetros, y, por lo tanto, no es necesario esperar los resultados de la revisión manual del material particulado adherido a la superficie en cada medidor. También se cuenta con una estación que mide a nivel de 1 PM, por debajo del estándar de 2.5 PM, además de ceilómetros (altura de las nubes), piranómetros (cantidad de radiación solar total) y otros equipos que forman parte del Siata - Sistema de Alerta Temprana de Medellín y el Valle de Aburrá.
Medellín cuenta con un POECA (Protocolo en épocas de contingencia ambiental) que puede aplicarse en cualquier momento del año, y le permite a las autoridades de la ciudad, y específicamente a la Junta Metropolitana donde el Alcalde Federico Gutiérrez es el presidente, activar medidas restrictivas cuando los escenarios de contaminación exceden los umbrales o niveles de contaminación permitidos. Situación que se determina de dos maneras, mediante constatación: si el 50 % +1 de las estaciones pasan a un estado de mala calidad durante 48 horas seguidas, o por pronóstico: modelamiento de escenarios con base en las mediciones del Siata, que permiten determinar el comportamiento de las diferentes variables y sus efectos futuros sobre la calidad del aire, eje: nubes que indican que lloverá en la noche.
Las estrategias de reducción de emisiones de material particulado en momentos críticos, se realiza mediante protocolos establecidos para el sector industrial y vehicular. La circulación de los vehículos se restringe de acuerdo a la gravedad de la situación mediante un escalafón determinado por el número de las placas y los modelos de los vehículos. Este último que considera factores tecnológicos que la combustión de los automóviles por inyección (modelos 1997 hacia delante) es más eficiente que la anterior de carburador, y las normas Euro referentes a los límites máximos de emisiones contaminantes que salen por el tubo de escape de los vehículos.
La ciudad es a su vez la única en el país, que cuenta con un PIECA (Plan Integral de la Calidad del Aire), con 110 firmantes, entre ellos, Ecopetrol, que disminuyó el azufre, precursor del material particulado que se vende en el valle de Aburra y municipios circundantes. La gasolina que se distribuye en la región tiene hoy menos de 150 partes por millón de azufre (ppm) frente a la regulación de 300 ppm, existe además un compromiso que antes de finalizar 2019 esta será de menos de 100 ppm. Por su parte, el diésel que hace diez años era de 4.500 partes por millón de azufre, hoy es de 10 ppm, lo cual lo sitúa como el mejor del mundo y el menos contaminante. Gracias a estos acuerdos, la ciudad que arrancó el PIECA con una calidad del aire de 32 ppm hoy se encuentra en 24 ppm.
El PIECA también incluye el compromiso de la ciudad en una renovación de su parque automotor, de vehículos de combustión a eléctricos o biocombustibles por encima del 10 %. Medellín es la segunda ciudad en Latinoamerica en número de buses eléctricos, y este año entregó los primeros 200 taxis eléctricos en alianza con Empresas Públicas de Medellín – EPM, quién a su vez, otorga planes de financiamiento. La ciudad cuenta con 24 ecoestaciones de carga eléctrica que opera EPM, cómodamente ubicados en sitios como centros comerciales y almacenes de grandes superficies.