Más de mil habitantes de Jericó le hicieron llegar una carta a monseñor Luis Mariano Montemayor, en la que le expresaron su malestar por los pronunciamientos recientes de Noel Antonio Londoño Buitrago, obispo de Jericó. Este afirmó que las personas que están a favor del proyecto minero Quebradona lo hacen por "limosnitas y camiseticas de ciclismo", como también lo dijo el año pasado en una entrevista con el diario El Espectador titulada La AngloGold Ashanti entró mintiendo a Jericó.
Así mismo, los más de mil ciudadanos también invitan al obispo de Jericó para que sea un mediador "para resolver las diferencias entre los que están a favor y en contra de este proyecto" y no sea un actor que acreciente la polarización. A su vez, expresan: "Nosotros vemos en el proyecto Quebradona una oportunidad para generar calidad de vida en el territorio. No tenemos por qué ser víctimas de bullying por creer en este proyecto, como se ha visto en la presencia del prelado". Igualmente, le recuerdan la cita del Deuteronomio 8:9 que dice: "Hay una tierra donde comerás el pan sin escasez, donde nada te faltará; una tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre”. Esto haciendo referencia a la oportunidad que ven estos ciudadanos en el proyecto de cobre Quebradona que está en Jericó, suroeste antioqueño.
Como si fuera poco, el Concejo de Jericó y la Alcaldía de Jericó también enviaron comunicaciones al Nuncio Apostólico expresando su inconformidad con monseñor Noel Antonio Londoño. El concejo le expresó al obispo que demuestre por qué dice que "la campaña de la mayoría de concejales fue financiada por AngloGold Ashanti", porque de lo contrario estaría incurriendo en los delitos de injuria y calumnia, y que no si hace llegar las pruebas los honorables concejales se verían "en la necesidad de limpiar nuestra imagen". La alcaldía le manifestó su inconformidad por hacer afirmaciones "irrespetuosas e irresponsables, sin tener fundamentos legales, atentando contra la imagen de la administración municipal y dejando en entredicho el actuar de sus dirigentes".
Ante todo esto, lo invitan a no utilizar de manera irresponsable su posición y a convivir de manera cortés, en el marco del respeto, la solidaridad y el trabajo en equipo en pro del bienestar de la comunidad, como ha sido históricamente la relación entre la administración municipal y la Diócesis de Jericó. Las malas lenguas dicen que el obispo pronto se irá de Jericó y no sería bueno para él marcharse con semejante lunar. Ojalá pueda remediar pronto esta situación sin precedentes en la capital religiosa del suroeste antioqueño, donde sus ciudadanos, mayormente católicos, decidieron dejar de callar.
