Cuando Juan Manuel Santos llegó a la presidencia ya tenía el mapa del galeón San José en su cabeza. Como cadete de la Armada conocía los tesoros que tenía Colombia sumergidos en el mar y por eso cerró los pactos con los rescatistas que el expresidente Uribe dejó anclados. La decisión de sacar al San José del mar, en alianza con estos, es una de las pocas cosas en las que han coincidido Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe.
El presidente Santos ha insistido en que el tesoro es colombiano; Uribe ha guardado silencio, pero ambos siempre han estado al tanto de las decisiones que se han tomado en la Comisión de Antigüedades Náufragas (CAN), en la que se define la suerte de los tesoros en el mar de Colombia, incluido el galeón, y desde donde se proyectó la Ley 1675 que ahora obliga al Estado a entregarles el cincuenta por ciento a los cazatesoros.
Ahora, una vez entrada la embarcación Española hundida por la flota inglesa en 1708, el Gobierno colombiano libra una batalla con España y la Sea Search Armada, quienes reclaman derechos sobre el San José.
Los protagonistas de las últimas decisiones sobre el galeón, en el caso del gobierno Uribe, fueron sus delegados especiales: Fabio Echeverri, Juan Manuel Prieto y Carlos Gustavo Arrieta. Santos, en cambio, prefirió encargarse personalmente del asunto y se convirtió en el primer presidente, como invitado especial, en pisar la Comisión de Antigüedades Náufragas.
Estas son varias de estas actas que, hasta el momento, no han sido reveladas por el Gobierno Nacional. Evidencian cómo ambos gobiernos siempre pretendieron asignar de forma pronta y expedita la licitación para que un privado pudiera encontrar el tesoro y compartir el 50 % de las riquezas halladas. Es un botín que hoy Santos dice defender para Colombia, también con Carlos Gustavo Arrieta y el exministro Néstor Humberto Martínez.
El exsecretario Jurídico de Presidencia, Edmundo del Castillo, y la exministra de Cultura, Paula Moreno, como lo registró el acta 02 de 2010, estaban en plena evaluación y diseño de un esquema especial de contratación para buscar el tesoro cuando el representante a la Cancillería, Dixon Moya, pidió que el registro de la Comisión tuviera estricta reserva.
La mano del expresidente Uribe, aunque nunca se hizo presente, se comenzaba a sentir a través de su secretario, Edmundo del Castillo —condenado por las chuzadas del DAS—, quien transmitía sus órdenes.
Fabio Echeverri también dejaba claras sus posiciones. Desde el 2009 cuando entró, Fabio Echeverri pidió aflojar las condiciones de la contratación a privados.
La posición de Echeverri fue reforzada por Prieto, el otro designado especial por el expresidente Uribe.
En el acta 01 de 2009, la ministra Paula Moreno manifestaba su preocupación por la forma como se estaban llevando las cosas.
Es la primera vez que un presidente de la República asiste a una reunión de la CAN.
El presidente Santos llegó para discutir sobre la idea de rescatar unas esmeraldas, que, al parecer, tenían su origen en Muzo, Boyacá. Así introdujo a la reunión a Paul Sullivan, representante de quien, presuntamente, hizo el hallazgo.