El corazón de la Presidencia de la República es su Departamento Administrativo, donde se vuelven realidad las decisiones de gobierno, y siempre ha sido dirigido por un funcionario de plena confianza del Presidente. Gustavo Petro, comenzó nombrando al ex congresista caldense Mauricio Lizcano, pero a los seis meses se la jugó por un viejo conocido, un compañero de filas del M-19, Carlos Ramón González, quien a su vez es fundador del Partido Verde. Lizcano pasó al Ministerio de los TIC en reemplazo de Sandra Urrutia.
González y Petro se conocen desde hace cuarenta años. Aunque algo mayor, con jerarquía en la guerrilla de Santander, compartieron cuando el hoy presidente estuvo por esa región con su compañera de entonces Marilú Herrán con quien tuvo dos hijos.
González fue un apoyo. Nacido en Puente Nacional, González tiene 65 años y cursó estudios de ingeniería química interrumpidos por el salto a la clandestinidad guerrillera en 1980. Tras los acuerdos de paz del M-19 con el Gobierno de Virgilio Barco, se desmovilizó en 1990 y participó en el proceso de la Asamblea Nacional Constituyente y en 2004 se graduó de abogado para iniciarse en el mundo de los negocios en el sector salud.
González es de una política más pragmática, sin apego a los principios doctrinarios de izquierda, que lo llevó a fundar en el 2005 Opción Centro, que se convirtió en Alianza Verde y luego en el Partido Verde. El partido es una suerte de colcha de retazos en donde el dirigente más exitoso electoralmente ha sido Antanas Mockus, cuya figura pesó para la elección de Claudia López para la alcaldía de Bogotá, aunque luego tomó distancia.
Durante el camino del partido verde han existido alianzas, en el 2010 el partido del Girasol se unió a Compromiso Ciudadano (de Sergio Fajardo) y consolidaron un sonoro movimiento que unió grupos de centro, centro izquierda e izquierda y despertó mucho entusiasmo alrededor de la figura de Antanas Mockus: la Ola Verde pero no alcanzó a llegar a Presidencia, por tomarla Juan Manuel Santos del Partido de la U, sucesor de Álvaro Uribe.
Los verdes en las elecciones presidenciales entre Fajardo y Petro
En las elecciones presidenciales se dieron dos tendencias dentro de los Verdes, una más de centro que apoyaba a la Coalición de la esperanza que tuvo como candidato a Sergio Fajardo y otra, liderada por González que apoyó al viejo copartidario y amigo del M-19, el candidato del Pacto Histórico, Gustavo Petro. Este grupo terminó arrastrando a la mayor parte de los Verdes hacia Petro y su apoyo pesó en la definición de la segunda vuelta. Desde entonces se forjó una sólida alianza entre los dos políticos, que cada día es más estrecha. González se ha convertido en la sombra del Presidente y es el señor y rey en el Palacio de Nariño.
No solo tiene el poder del presupuesto que maneja a través de un convenio interinstitucional con Plaza Mayor sino que ha armado un verdadero fortín verde rodeándose de copartidarios suyos que lo han acompañado como cabeza del Partido, además de nombramientos claves que han logrado los Verdes en el gobierno Petro como la dirección del SENA en cabeza de Jorge Eduardo Londoño y la consejera para las regiones Sandra Ortiz.
Petro le dio carta blanca a Carlos Ramón González para formar su equipo y éste se ha rodeado de gente de su trayectoria; pero con miras a consolidar su movimiento a futuro para que permanezca como una fuerza importante.
En junio del 2023 Carlos contrató a la periodista Luz Gómez Duran para manejar la oficina de prensa y como asesora estratégica, aunque González nunca aparece, y es reconocido por su discreción y poder en la sombra, por su aversión a aparecer en público. No da ruedas de prensa ni aparece en medios, con lo cual no se sabe del rol que cumple Luz que tiene un ingreso de $ 16 millones mensuales. Gómez Durán ya había ocupado ese rol en el Partido Verde donde trabajaba de la mano de su director y le tocó la campaña presidencial.
En el Dapre además cumple el papel de asesora logística, que se traduce en la organización de la agenda de su jefe, que está relacionada directamente con la del Presidente, ya que él ha asumido, en ausencia de Laura Sarabia, el rol de jefe de gabinete.
La historia de Sara Sepúlveda es similar. Sepúlveda una politóloga de la Universidad Javeriana, después de ser pasante en la ONU, trabajó en el Verde como asistente ejecutiva durante siete meses, de donde pasó, una vez su jefe llegó al Dapre a ser asesora del despacho de Carlos Ramón González con un ingreso de $ 7.5 millones mensuales. En otras palabras, solo cambia su lugar de trabajo para realizar, más o menos, las mismas tareas de colaboradora inmediata en tareas varias.
Otra militante del verde nombrada por González en el Dapre es Lyda González López. Lyda es la directora administrativa y financiera, un puesto clave en la ejecución de los gastos que pasan por el convenio con Plaza Mayor. En otras palabras, los gastos de desplazamiento del presidente y vicepresidente deben pasar por González, por Lyda encargarse del manejo financiero, es decir, González maneja la chequera del Dapre. Formó parte de lista al senado en los Verdes, pero no le alcanzaron los votos y su jefe político no dudó en llevársela a trabajar con él, para protegerle la espalda en temas administrativos y financieros.
Diana Meza se conecta con el partido Verde de forma indirecta, por vía de su esposo el exsenador Antonio Sanguino, una influencia que también le sirve para llegar al Dapre. El dirigente vallenato intentó llegar a la gobernación del Cesar, después de haber sido jefe de gabinete en la alcaldía de Claudia López, tras haberse quemado en las elecciones legislativas cuando quiso mantener su curul. Diana Meza es psicóloga de la Universidad de la Sabana y se desempeña como subdirectora de Talento humano, del Dapre, cargo en el que fue nombrada por Mauricio Lizcano, con una asignación mensual de $ 9 millones.
Uno de los últimos nombramientos ha sido el de Magda Núñez, quien creció políticamente al lado del gobernador de Boyacá, Carlos Amaya, otro militante del verde, con quien trabajó directamente en su primera gobernación en la que se desempeñó como directora administrativa en la secretaria de Desarrollo Humano en 2016. Está casada con el senador Ariel Ávila, quien llegó al Congreso por el Partido Verde apoyado por la alcaldesa Claudia López y la senadora Angélica Lozano.
La vinculación de la economista Núñez con el Dapre es a través Carlos Ramón González, y no tiene ninguna relación con Ávila, como él lo ha dicho públicamente. Será asesora en la oficina de Relacionamiento Ciudadano.
Igual que sucedía en el Partido Verde, Carlos Ramón González encuentra en las profesionales mujeres un apoyo clave en su trabajo, y trasladó su esquema laboral a la Presidencia de la República donde actúa como señor y dueño, convertido en la persona más cercana al Presidente Petro, con quien comparte el día a día en el Palacio de Nariño, y es compañero obligatorio en sus viajes dentro y fuera del país.
