Los últimos diez años han marcado el cambio hacia la educación virtual. En el 2010 se formaba a distancia 12 mil colombianos, mientras la hoy la cifra supera los 200.000 estudiantes. La modalidad virtual permite ofrecer programas a regiones alejadas de los centros educativos, otorga una mayor flexibilidad de tiempo para aquellos con responsabilidades laborales y familiares, y evita dispendiosos desplazamientos. Son programas bastante más económicos que los cursos presenciales, al no requerir de estructuras físicas y dotaciones.
Hace más de cuatro décadas la Universidad de Phoenix en EEUU fue la pionera en cursos en línea con una metodología innovadora tecnológicamente, a pesar de que desde mediados del siglo pasado ya había aparecido los cursos por televisión y video. A finales de siglo ya existían los campos virtuales, y el concepto de e-learning, garantizando calidad con lo cual se fue rompiendo el mito de “mediocridad y baja calidad” en el modelo de educación virtual. Prestigiosas universidades como MIT, Harvard y Stanford han hecho todo un desarrollo de alta calidad en esta oferta educativa a través de la plataforma edX.
En Colombia el proceso ha ido avanzando pero claramente el coronavirus y la suspensión de las clases presenciales cogió a las universidades privadas tradicionales y mejor rankeados del país, como Andes, Javeriana, Externado, Eafit e Icesi fuera de base.
La Universidad de Los Andes, la número 1 entre las privadas, por ejemplo, no tiene ningún programa virtual aprobado, siendo su rector Alejandro Gaviria, el primero en suspender las clases presenciales cuando empezó el brote del coronavirus en el país.
El ministerio de educación ha aprobado 941 programas en formación técnica profesional y de postgrado. Aunque estos están dispersos en 117 universidades solo 24 universidades ofrecen más de 10 programas, lideradas por Universidad Nacional abierta y a distancia –de naturaleza pública-, la Manuela Beltran, el Politécnico Grancolombiano, y la Universidad EAN.
La primera con programas activos es la Universidad Nacional Abierta y a Distancia - UNAD, que nació en 1982 en el gobierno de Belisario Betancur como con el nombre de Unidad Universitaria del Sur de Bogotá, con el objeto específico de diseñar e implementar programas académicos en educación a distancia.
No es la única institución creada para ser 100 % virtual, también lo es la Fundación Universitaria Católica del Norte, perteneciente a la Diócesis de Santa Rosa de Osos, en el Norte de Antioquia, que ofrece mas programas virtuales que el SENA.
Una característica de varias de estas universidades, es su oferta de formación virtual por ciclos propedeúticos, método que permite al estudiante entre el ciclo técnico, el tecnológico o el profesional, o ir a través de esas fases de acuerdo a la posibilidad de tiempo y dinero, garantizándole los conocimientos necesarios para obtener titulación y realizar una actividad laboral en cada ciclo. Así lo hacen la Corporación Unificada Nacional de Educación Superior – CUN y la Universidad Manuel Beltrán – UMB, esta última a través de una unidad académica separada, desde donde además forma docentes en acuerdo con la Secretaría de Educación de Cundinamarca.
El Politécnico Grancolombiano y La Fundación Área Andina forman parte de la red Ilumno que tiene presencia en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Panamá y Paraguay, convirtiéndola en la red de universidades privadas más grande de América Latina, con 62 programas activos de 74 aprobados.
Ilumno es una empresa norteamericana que brida apoyo económico, administrativo, tecnológico y de mercadeo a las universidades en sus programas de educación virtual y presencial, y que ha logrado ser exitosa en incrementar el segmento de educación virtual con una alta de retención. Ilumno, anteriormente llamada Whitney University, cuyo fundador de 77 años es el tejano Randy Best, opera 70 universidades públicas en EEUU. Best le apuesta a salvarlas moviendo el Campus a un Servidor, estrategia con lo que ha logrado reducir los costos educativos a casi una décima parte.
Randy Best “La exclusividad llevará a algunas universidades a la extinción. La inclusión ilimitada de internet es el futuro”
La Universidad EAN, quien hace unos meses nombró como rectora a Brigitte Baptiste, es la cuarta en número de programas activos. La institución le apuesta a la renovación no solo física con su nuevo edificio en la sede El Nogal, sino a lo virtual, el año pasado renovó su tecnología la cual permite consultar a través de App los programas desde cualquier dispositivo.
En Antioquia se ha posesionado la Corporación Universitaria Remington, que nació en Medellín hace más de cien años, ofreciendo programas para capacitar en corto tiempo aspectos técnicos y prácticos de las labores de oficina. Fue pionera en abrir espacios formativos para las mujeres, específicamente en taquigrafía y dactilografía. Desde el 2001, incursionó en la modalidad de educación a distancia mediante una propuesta metodológica que combina la tutoría (60 %) y la virtualidad (40 %).
La educación virtual ha transformado en los últimos años la manera de educar, dando respuesta a nuevas necesidades laborales, que demanda hoy otras competencias y habilidades tecnológicas, como el uso de plataformas virtuales para desempeñar profesiones, la disciplina y la flexibilidad para trabajar a distancia cuando las organizaciones demandan más teletrabajo. Unas características que la cuarentena producto de la pandemia ha llevado a generalizar en la práctica y que seguro tendrá consecuencias en las universidades de cátedra presencial que aún no han incursionado en forma en la virtualidad.
