Una de las cruzadas más grandes del presidente Gustavo Petro en su primeros dos años y medio de gobierno ha sido contra las grandes generadoras de energía, a quienes ha acusado de beneficiarse a costa de sus usuarios produciendo energía barata y vendiéndola cara. Ya hace algunos meses, su ministro de Minas, Andrés Camacho, había criticado fuertemente que solo cinco compañías acapararan el 70% de la generación de energía del país, pero ahora el mandatario dio un paso más allá y anunció que va a cambiarle el límite del precio en bolsa a las 10 más grandes.
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Esto se dio a conocer en la Asamblea Popular de la Democracia Energética en el Caribe, donde el Presidente habló largo y tendido sobre los altos costos de las tarifas de energía, así como posibles estrategias para disminuirlos. Allí, el mandatario recalcó que su intención no es ni mucho menos “fregar a los generadores más pequeños”, puesto que el problema radica únicamente en los 10 más grandes, los cuales, según él, se enriquecen con el agua del país al ser dueños de embalses en su mayoría y transfieren esa plata al exterior donde tienen sus sedes.
De acuerdo con XM y con datos actualizados a mayo de este año, entre las 10 generadoras más grandes del país hay apenas tres colombianas, mientras que el resto son de capital extranjero proveniente principalmente de Estados Unidos y países de Europa.
Así como entre las 5 más grandes abarcan el 70% de la generación, entre las 10 llegan a cerca del 85%, dejándole apenas un 15% al resto
La primera y con bastante diferencia sobre las demás es Empresas Públicas de Medellín (EPM), compañía administrada por la Alcaldía de Medellín, hoy con Federico Gutiérrez a la cabeza y que actualmente tiene como gerente a John Maya Salazar.
Después aparecen las primeras extranjeras, la italiana Enel y la canadiense Isagen. La primera compañía es dirigida en el país por Francesco Bertoli y ha presentado inconvenientes últimamente por su salida forzosa de La Guajira, donde pretendía instalar tres parques de energía eólica. La segunda, por su parte, es propiedad del fondo Brookfield Corporation. Una es responsable del 18% de la energía que se genera en el país y la otra del 15%.
En cuarto lugar, se ubica la segunda colombiana de la lista a las que Petro les va a cambiar las condiciones. Se trata de Celsia, la empresa de energía del Grupo Argos que actualmente es una de las ocho que buscan quedarse con la licitación para generar energía eólica en el mar de la costa Caribe. Dirigida por Ricardo Sierra, esta compañía genera cerca del 9% de la energía del país.
Luego, en quinta y sexta posición aparecen dos norteamericanas como AES, dueños de las centrales Chivor I y Chivor II y Termobarranquilla, más conocida como TEBSA, que es la planta térmica más grande de Colombia de propiedad desde hace más de una década del fondo norteamericano Golden Gate Investments Limited Energy.
Ya en la séptima posición aparece otra colombiana como es el caso de la Generadora y Comercializadora de Energía del Caribe o Gecelca, la cual es propiedad del Ministerio de Hacienda y Crédito Público y tiene como presidente al ingeniero Andrés Rafael Yabrudy Lozano.
Luego están otras dos extranjeras como es el caso, por un lado, de Prime Energía Colombia, una subsidiaria de la panameña EnfraGen que empezó a operar en el país en 2019 después de comprar a Termoflores de Barranquilla y que hoy posee también Termovalle en Palmira y, por el otro, de Termocandelaria, cuya propiedad está repartida entre la familia Pacheco de Colpatria, el fondo de inversión chileno Moneda Asset Management y SCL Energía Activa.
Finalmente, la última que entra en la lupa del gobierno es Urrá, la hidroeléctrica ubicada en Córdoba que últimamente ha dado de qué hablar por una millonaria pelea con un consorcio chino por cuenta de la construcción de un parque solar, lío que termió involucrando al hijo adoptivo del presidente, Nicolás Alcocer Petro.
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