Burlarse de una persona por su aspecto físico, nacionalidad, religión, orientación sexual o preferencias políticas es rechazable. En ese orden de ideas, está claro que matonear en redes sociales a una mujer por su peso es inaceptable. El episodio que se vivió en Twitter con la influencer Lalis, quien tiene orientación política de izquierda, armó toda una tormenta que la convirtió en tendencia número uno en dicha red social. Todo porque un usuario colgó una foto que le tomaron durante una marcha y la comparó con una de las selfies que monta en su cuenta de Instagram. De inmediato, Twitter se llenó de mensajes de solidaridad repudiando el matoneo y apoyando a la joven.
Sin embargo, una cosa llamó mi atención ¿por qué se generó todo este movimiento de apoyo justo cuando se meten con una tuitera de izquierda, y no cuando se meten con cualquier otra joven de las muchas que han sufrido esto? ¿por qué nadie dice nada cuando uribistas como Paloma Valencia o Natalia Bedoya son objeto de burlas? ¿por qué la misma comparación entre una selfie de Instagram y cualquier otra foto desfavorable de una joven no genera el mismo debate en redes sociales? Más aún, ¿por qué Lalis se victimiza de la forma en que lo está haciendo cuando solamente está recibiendo una dosis de su propia medicina?
A continuación una lista de trinos y pantallazos que dejan muy claro que la joven no se mide al momento de atacar o burlarse de otras personas tanto como por su aspecto físico como por su orientación política y hasta nacionalidad:
No le hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti. El irrespeto lo promueve ella, poniéndole sobrenombres al máximo mandatario de este país y al Senador Álvaro Uribe. No está bien juzgar a alguien por su físico señorita Lalis. ¿Si ve lo feo que es? pic.twitter.com/uXYFh5sisA
— Carolina Duarte (@CaroDuarteArte) January 22, 2020
Es que es súper respetuosa, amable y no juzga a las personas pic.twitter.com/hcPpMRpQkd
— El Tuitero Arenoso (@TuiteroArenoso) January 23, 2020
aca va la ofendida, ofendiendo. pic.twitter.com/L6ujyMW6kj
— #ExistenciaSustentable (@smilenabonila) January 23, 2020
Tienes toda la razón Carolina, es la hipocresía es su cúspide y todavía hay gente que dice que pobrecita pic.twitter.com/ghsgPQGKxq
— El Tuitero Arenoso (@TuiteroArenoso) January 23, 2020
En ningún momento justifico el matoneo a una persona por su físico o por cualquier otra razón. Pero lo que sí me inquieta de este caso es que la afectada en cuestión no puede pretender respeto si ella misma no lo da. Además, tiene que saber que si quiere ser una voz de una ideología política como la que profesa debe estar preparada para este tipo de ataques, que aunque no tienen justificación, son previsibles. Cuando una persona está expuesta al público y defiende una ideología tiene que saber que eso tiene un precio. Eso es algo que saben todo tipo de personalidades públicas; desde políticos y periodistas hasta youtubers. Si uno quiere ser una voz que le hable a millones debe tener un poco más de pellejo para superar este tipo de incidentes. Si no es el caso entonces no se exponga al debate público de la manera en que lo hace y que desarrolle su vida de una manera menos pública. Si Gustavo Petro se afectara cada vez que lo comparan con un sapo, o que se meten con su vida privada, con seguridad no estaría donde está.