Lady Noriega lleva más de 30 años en televisión. Durante ese tiempo su carrera y vida personal han cautivado a los colombianos como pocas estrellas han sabido hacerlo. En 2020, mientras el país sufre el golpe provocado por la pandemia del COVID-19, la cordobesa vuelve a entretener a los colombianos por cuenta de uno de sus trabajos más icónicos; su personaje de Pepita Renderos en Pasión de Gavilanes. La novela, que ha batido récords de audiencias al igual que como lo hizo hace 17 años, ha servido como gancho para que la diva siga manteniéndose vigente. Su carrera ha estado llena de amores, escándalos, propuestas indecentes y golpes que muy hábilmente ha sabido sortear.
Su historia empezó en Montería un 9 de noviembre de un año que prefiere callar. En medio de risas, Angélica Ladys Noriega Hoyos, advierte que se reserva la edad. Lo cierto, es que al año de haber nacido en Montería sus padres se trasladan a Medellín. En la Ciudad de la Eterna Primavera creció y se interesó por el mundo del espectáculo. Desde sus primeros años de vida sobresalía entre sus compañeros de colegio por su histrionismo. No es casualidad que se haya interesado por el modelaje en una ciudad donde la industria de la moda siempre ha sido importante. Fue así como a los 14 años ingresó a una academia y desde ahí hizo sus primeros desfiles y fotos.
En años posteriores le ofrecieron ser Señorita Antioquia. Sin embargo, ella rechazó el ofrecimiento argumentando que el regionalismo paisa no la dejaría avanzar muy lejos pues, para sorpresa de la agencia, Lady era cordobesa. La dueña de la agencia, una ex reina, le respondió que no era ningún problema porque de Córdoba también le pedían una reina. Fue así como viajó a su ciudad natal y con el visto bueno de Doña Otilia Berrocal de Buelvas, presidente de la corporación de belleza de Córdoba, se convirtió en la reina más popular que hasta el momento ha tenido ese departamento.
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En Cartagena fue favorita desde que puso un pie en la ciudad heroica. Aunque no se alzó con la corona, que quedó en manos de Paola Turbay, la exposición que tuvo ante medios sirvió para que el país se fijara en su cautivadora belleza de ojos color diamante. En efecto, sus conocidos le advirtieron que si llegaba a ser portada de la revista Cromos, como eventualmente sucedió mientras concursaba por el título de Señorita Colombia, su vida cambiaría para siempre. Fue esa portada la que le valió el interés de productores de televisión en la capital. No obstante, fue esa misma portada la que la puso en los ojos de los delincuentes más temidos de la época.
No es casualidad que el mismísimo Pablo Escobar le haya mandado recados con amigas que le quedaron tras su paso por el reinado. Hasta un carro nuevo le ofreció si estaba dispuesto a visitarlo en las fiestas que organizaba en La Catedral, la prisión de lujo donde llevaba a cabo orgías junto a sus sicarios. Tras varios intentos frustados por parte del capo, quien no aceptaba un no por respuesta, Lady Noriega termina en Miami por dos meses pues sabía que rechazar al hombre más temido del país podía ser un riesgo. Sus padres debieron mudarse de casa.
Sin embargo, la cordobesa agradece aquella experiencia pues esa fue la razón que tuvo para radicarse en Bogotá y perseguir sus verdaderos sueños. Fue así como cambió la ingeniería por la actuación, carrera que estudió en la escuela de Rubén Di Pietro. En 1994, cuando ni siquiera se había graduado, ya tenía su primer personaje relevante en televisión nacional. De ahí en adelante se convirtió en la gran diva de los noventa. Su popularidad subió como espuma. Lady actuaba, cantaba y modelaba.
Por si fuera poco, su relación con el Tino Asprilla la convirtió en el tema predilecto de las revistas del corazón. La cordobesa tenía un año de novia del futbolista cuando la relación trascendió a medios. Desde ese momento las cosas empezaron a cambiar pues la pareja perdió su privacidad. Para la disquera era un escándalo que su cantante se metiera con el futbolista. A él le sucedía lo mismo pues la Federación Colombiana de Fútbol no lo quería cerca de la diva, a quien atribuían su bajo rendimiento en las canchas. Fue así como la relación terminaría.
Años después Lady confesó que la prensa no los dejó ser felices. Por su parte, el Tino, quien le había pedido matrimonio, quedó bastante herido luego de verla casar en 2001. Tanto así que el día de la boda la llamó y le dijo que eso no se lo perdonaría nunca. El argumento de Lady para rechazar la propuesta que el futbolista le hizo en su momento fue que nunca se quería casar. No obstante, tras seis años de total indiferencia, el Tino le volvió a hablar y hoy guardan buenos recuerdos de la relación que más de veinte años después sigue cautivando a los colombianos.
En 2003 le llegó la oportunidad de interpretar a Pepita Ronderos, una desparpajada cantante del bar Alcalá, en Pasión de Gavilanes. Ella, que tenía planes de ser madre, los pospuso. El personaje llegaba a hacerle contrapeso a la escultural Zharick León. Por lo tanto, debía conservar su figura. Sin embargo, Lady Noriega termina embarazada. Fue tanta la popularidad de su personaje que el mismísimo Julio Jiménez le inventa un tinieblo para justificar la barriga del personaje, del cual ya no podían prescindir dada la popularidad entre el público. No es casualidad que el 31 de Agosto de 2004, estando vestida de Pepita Ronderos en pleno set de Pasión de Gavilanes, el parto se le haya adelantado y la producción tuvo que asistirla.
Por lo pronto, los colombianos disfrutan cada noche de las ocurrencias de aquel personaje icónico en la carrera de Lady Noriega. La diva, cuya carrera no ha sido fácil, tiene cerca de 200mil seguidores en Instagram. La cifra aumenta considerablemente cada día por cuenta de la repetición de Pasión de Gavilanes. En últimas, pocas han sabido mantenerse siempre vigentes. Lady Noriega sabe que todavía tiene carrera para rato.