Los vecinos de Íllora, una pequeña población a 40 kilómetros de Granada, están acostumbrados a ver pasear por sus calles, como una parroquiana más, a Lady Charlotte Wellesley, como si no corriera por sus venas la sangre del primer Duque de Wellington, el noble inglés que derrotó en Waterloo a Napoleón en 1815. Nacida el 8 de octubre de 1990 en el Hospital de Santa María, en Londres, esta antropóloga y arqueóloga de Oxford, hija de la princesa Antonia de Prusia, bisnieta del último Kaiser que tuvo Alemania, se casó en la pequeña capilla andaluza hace seis años con Alejandro Santo Domingo, cabeza de la tercer fortuna más grande de Colombia.
La familia de lady Charlotte conserva desde principios del siglo pasado un extenso feudo entregado por el gobierno español en 1913 un extenso feudo en recompensa por el apoyo que le dio Wellington a España durante la guerra de la independencia contra Napoleón, ignoran que Lady Charlotte fue la alumna más aventajada del Wycombe Abbey, un colegio en Buckinghamshire, una población cercana a Londres de trescientos años de antigüedad que se ha caracterizado por albergar a niñas con talento y formarlas con la libertad para escoger cualquier camino sin rigideces ni estereotipos como bien lo muestra esta foto de Twitter que publicó Charlotte en 2017, un año después de su boda en junio del 2016, a quien conoció por su hermano mayor, amigo de Alejandro Santo Domingo, colega suyo en negocios desde que su padre Julio Mario Santo Domingo entró de socio a la británica Sab Miller. Desde entonces Londres se convirtió en un destino obligado para los Santo Domingo
El pueblo se vistió de etiqueta para recibir a miembros de la realeza española como el rey emérito Juan Carlos, Andrea Carisaghi y su esposa, Tatiana Casiraghi, herederos de la corona de Mónaco, Sofia Wellesley y su esposo, el cantante James Blunt, y 300 invitados que llegaban desde Colombia y de Inglaterra, con el príncipe de Gales y Camila a la cabeza.
Las celebraciones se extendieron a Cartagena, en donde la familia recibió a lo más granado de la sociedad colombiana y luego pasaron unas semanas en Barú, antes de trasladarse definitivamente a The Hamptons, la exclusiva zona ubicada en Long Island, Nueva York, donde la pareja vive con sus dos niñas. Las familias más influyentes de la Gran Manzana, los Rockefeller, Vanderbilt y Carnegie, tenían mansión en ese lugar. En 2016, según Business Insider, la zona con el ZIP Code 11962 que comprende a Sagaponack, en Southampton, era la zona más cara en los Estados Unidos, siendo el valor medio de una propiedad 8,5 millones de dólares.
La pareja vive en Nueva York pero tienen el corazón en Londres donde viven los Wellesley, son las juntas de las cerveceras y ahora habrá un nuevo motivo: seguir al Chelsea. El Chelsea era un equipo nacido en el tradicional y exclusivo barrio de Chelsea en Londres con fanáticos juveniles de la crema y nata inglesa, que se disparó en el 2003 con la inyección de recursos que le dio el magnate ruso Roman Abramovic. Con su salida se abrió la oportunidad para la entrada de nuevos socios que entusiasmó a Alejandro Santo Domingo para entrar como socio del grupo de inversionistas integrado por los magnates Josh Harris y Martin Broughton. Ellos tienen listos USD$ 1.500 millones, una parte de los USD$ 4.000 millones que está pidiendo Roman Abramovic, quien, por las sanciones internacionales a Putin y sus magnates aliados, tendrá que vender un equipo que estaba entre los mejores del mundo. Actualmente es el campeón de Europa y mundial.
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