Hoy comienza la versión 67 de la ronda nacional, esa que por años se convirtió en el estandarte de las competencias deportivas de nuestro país. La misma que desde 1950 llevaba centenares de aficionados a las calles, plazas públicas y estadios a recibir las etapas y a ovacionar a los diferentes participantes de cada una de las ediciones. De lejos era un sueño cercano y real para cada una de las diferentes generaciones que vieron campeón al “Zipa” Forero, a Martín “Cochice” Rodríguez, a Rafael Antonio Niño, “el niño de Cucaita”, a José “Chepe” Castelblanco entre otros, que marcaron las sonrisas y las alegrías de aquellos que seguían minuto a minuto las transmisiones radiales, que llegaban a cada rincón de nuestra quebrada geografía nacional.
Usted que lee este escrito apenas se entera de que hoy con una contrarreloj por equipos se da inicio en La Ceja a la excursión sobre el caballito de acero en esta edición. Si de poco o nada se ha enterado sobre esto es porque este evento no cuenta con el despliegue periodístico y publicitario que estamos acostumbrados a ver en los últimos tiempos con las transmisiones de las tres grandes vueltas por los canales privados, en lo que creemos es el renacer de la pasión por el ciclismo.
La Vuelta, en su mayoría, será cubierta por medios radiales que han sido fieles a esta tradición, también se le dedicarán unos escasos minutos en televisión abierta, que permitirán conocer al ganador de la etapa y las clasificaciones temporales. Eso sí, con una paupérrima calidad de producción y edición de dichos eventos. Es claro que carece de un adecuado despliegue publicitario que permita la promoción y estrategia de comercialización que logre vender el evento como “marca registrada”. Todo esto es producto de las condicionantes financieras que se deben tener para lograr llevar a cabo el proyecto, el cual, en su mayoría, depende de los presupuestos aportados por los patrocinadores y los recaudos que provienen de dineros otorgados por municipios o ciudades que acogen la salida o llegada de cada una de las fracciones. Así las cosas, los recorridos pierden criterio técnico porque dependen en su mayoría de un condicionamiento monetario.
Y es que esta es una de las más grandes críticas de expertos ante el recorrido planteado, la carencia de planificación y gestión de recursos técnicos que permitan que esta sea una carrera competitiva y atractiva, donde se mida al detalle y se busque cautivar nuevos seguidores ávidos de un ciclismo de alta competencia.
La Vuelta a Colombia está lejos de ser considerada una grande, más allá de una tradición que nos ha acompañado por 67 ediciones. Pertenece a la categoría 2.2 del calendario continental y en ella participan alrededor de 198 pedalistas, en su mayoría de equipos nacionales, quienes cuentan con abismales diferencias en presupuestos y calidad de integrantes. Además, es muy común en estos equipos que los elencos sean conformados improvisadamente, con representaciones sin el más mínimo renombre. Así las cosas, hoy por ejemplo se pondrá en disputa a equipos de ocho corredores con otros que apenas están conformados por cinco. De arranque algo inconcebible.
Solo cuatro equipos extranjeros conforman el lote de ciclistas, que suman en total 16 corredores, representados en 2 equipos italianos de categoría continental y nacional, un equipo continental estadounidense y la selección de suiza en su mayoría integrada por pedalistas sub 23. Es decir no hay grandes nombres y estamos lejos de tenerlos, solo se cuenta con un equipo pro continental, (segunda categoría UCI) que es el Manzana Postobón.
La carrera, seguramente, la disputarán los mismos nombres que escuchamos en los últimos ocho años y tal vez no cuente con mucha emoción desde su arranque, ya que habrán diferencias considerables entre equipos débiles y fuertes en la primera cita contrarreloj.
La Federación Colombiana de Ciclismo realiza un gran esfuerzo logístico y organizativo, con una estructura técnica comprometida, pero aún está lejos de poder llevar a cabo la consecución de una carrera de un nivel superior en categorías UCI. Por tal razón, está trabajando mancomunadamente para estrenar en el año 2018 un evento de índole internacional que permita darle el reconocimiento y publicidad que nos permita salir a las calles a ver a equipos y figuras de talla internacional; pero esa ya no va a ser la Vuelta a Colombia, y de no ser por mantener una tradición nuestro máximo evento, cada año estará condenándose al olvido.
Por ahora vivamos la alegría del despliegue ciclístico de nuestra nación, disfrutemos como nunca esta versión de la ronda nacional que partirá en el municipio de Antioquia y que pasará por varios departamentos para después de doce etapas terminar en Pereira. Ya veremos quién sale campeón y quién ocupará el cajón más alto que en otrora ocupo Lucho Herrera, Santiago Botero, Sergio Luis Henao, entre otros.