El papa Francisco prometió que visitaría a Colombia cuando se lograra un acuerdo de paz con las FARC y lo está cumpliendo. A partir de este miércoles estará en Colombia en una visita de 5 días, donde pasará por Bogotá, Medellín, Villavicencio y Cartagena. Como es de esperar, la visita genera toda suerte de comentarios, quienes están a favor, la gran mayoría, y quienes critican bien porque no comparten los pensamientos del pontífice, porque profesan otra religión, porque les parece muy alto el costo económico, porque se toma mucho tiempo en hablar de ella, por la difusión de los medios o simplemente porque sí, porque todo hay que criticarlo.
Hay un gran grupo de colombianos que han sido testigos de las tres visitas papales, Pablo VI en 1968, Juan Pablo II en 1986 y este año el papa Francisco. Todas en momentos históricos, tecnológicos, socioeconómicos diferentes y por lo tanto con impactos diferentes. Sin lugar a duda, lo que hace que esta sea aún más especial, es el que se trate de un papa latinoamericano con una personalidad y carisma especial que ha logrado tocar los corazones de crédulos e incrédulos, que predica justicia social, paz, reconciliación, caridad y misericordia. Temas que, en sí mismos requieren que las personas abran sus corazones para poder entender en su magnitud lo que ellos implican.
Colombia atraviesa un momento crucial, negociaciones con el ELN e implementación de los acuerdos de paz con las FARC y un torbellino de corrupción y politiquería sin límites. Los acuerdos, esos documentos firmados, no son los que traen la paz. Para que haya paz y esta sea sostenible debe haber políticas públicas adecuadas y para que sea estable y duradera debe haber sanación y reconciliación. Y nada de esto puede existir si no hay perdón, si no se pide y o se da.
El lema de la visita papal es “Demos el primer paso”. El primer paso lo debemos dar todos, en pedir perdón, en perdonar, en sanar, en reconciliar, en tener generosidad, en tener compasión. Pero estos procesos no son fáciles. ¿Qué se requiere para dar el primer paso? Esta es una reflexión individual, porque no se trata únicamente de tener estos procesos con aquellos que se están reincorporando a la sociedad, es también un proceso que hacemos en el día a día con quienes nos rodean, la familia, los amigos, el lugar de trabajo, los vecinos. Cada uno de nosotros construye paz con nuestra actitud hacia nosotros mismos y hacia los demás.
El papa en su mensaje previo a la visita nos invita a "ser los primeros para amar, para crear puentes, para crear fraternidad. Dar el primer paso nos anima a salir al encuentro del otro y extender la mano, y darnos el signo de paz”. Y con gran humildad quiere “aprender de vuestra caridad y vuestra constancia en busca de la paz y la armonía”.
Establecer puentes es una necesidad, no solo para la construcción de paz, sino para el entendimiento, para manejar las diferencias, para tener sociedades que sean creativas, productivas y sostenibles. El mundo y el país requieren constructores de puentes y de paz.
La visita no dejará nada, todo seguirá igual, podrán decir algunos. Sin lugar a duda así pasará si la actitud y el corazón no está dispuestos y abiertos a recibir y a dar, nada quedará. Los cambios se generan en nuestro interior y esta es una gran oportunidad para la reflexión interior. No hay lugar que haya recibido la visita papal y que no haya tenido un gran impacto en su sociedad. ¿Cuál es el impacto que queremos que esta visita deje en nuestro corazón y en nuestra sociedad, ávida de valores, esperanza y reconciliación?, ¿qué puedo hacer para dar el primer paso para lograrlo?