Además de la foto siniestra, en la cual parece que Duque le rindiera cuentas al expresidente español José María Aznar, lo que más provoca malestar de esta noticia reseñada por todos los diarios importantes colombianos es el tono cómo la prensa hace eco de estos dos políticos oportunistas. Es un tono servil y patético. Quisieron indagar solamente sobre la crisis en Venezuela.
A José María Aznar, como miembro del Partido Popular, se le debió cuestionar sobre el Caso Lezo, la mayor trama de corrupción en España que involucra a varios políticos colombianos, entre ellos el alcalde de Barranquilla Alejandro Char, colaborador de la campaña Duque en esa región del país.
El partido del expresidente Aznar se financió ilegalmente a través de Inassa, la dueña de la Triple A o empresa de servicios públicos del Atlántico. Y buena parte de ese financiamiento provino de operaciones corruptas ejecutadas en Colombia, las cuales se realizaron a merced del pago de sobornos a varios políticos de esta parte del Caribe.
Este caso se configura más o menos como el Caso Odebrecht de España, pero en Colombia poco o nada se reseña en la prensa sobre este asunto.
Por eso molesta que los medios colombianos hagan eco a la crisis de Venezuela, pasando por encima de la crisis más grande que aqueja a Colombia: la corrupción.
Si bien es cierto que en Venezuela existe un problema humanitario, que se configura una tiranía, también es cierto que en Colombia se instauró desde hace años la dictadura de la corrupción. Pero en los medios poderosos prefieren mejor no hablar de esas cosas.
Así es que resulta muy oportuno para la prensa enmarcar la visita de Aznar como el rechazo a la tiranía en Venezuela, la necesidad de sacar a Maduro del poder a través de la guerra, el rechazo al ELN y su proceso de negociación y otros tantos encuadres que nada tienen que ver con los temas que verdaderamente aquejan al ciudadano colombiano: la corrupción.
Las firmas encuestadoras que miden la opinión en Colombia destacan que los temas que más importan a los colombianos son: la inseguridad, la salud, la corrupción y la educación. Todos ellos están por encima del treinta y ocho por ciento de preocupación, mientras el tema de Venezuela apenas si llega a un uno por ciento de importancia para el ciudadano colombiano. Esto fue medido por Yanhass y también por Gallup en el primer semestre de 2018.
Y mientras los señores Duque y Aznar se regocijan en sus cómodos sillones sobre la situación de precariedad en Venezuela, el Congreso está a punto de aprobar la extensión de dos años más a los alcaldes, gobernadores, concejales y diputados de toda Colombia. Según parece, ni el propio Maduro se atrevió a tanto, como eso de prolongar los periodos ni de gobernadores ni de alcaldes como lo está haciendo el partido del presidente desde el poder legislativo.
La dictadura de la corrupción se erige bajo la complicidad de los medios. Mientras estos políticos quieren llevar a Colombia a una guerra, la prensa olvida sus principales principios que la fundamenta: evitar las guerras y cuestionar al poder. Con la visita de Aznar se evidencia cómo los políticos imponen una agenda sobre los medios y cómo los medios quieren hacer creer al ciudadano que eso que muestran es realmente importante, o al menos más importante que lo que verdaderamente les está afectando.