No ahondaré en detalles sobre lo sucedido, porque el hacerlo el hacerlo es un grito redundante en este nauseabundo cosmopolita de sucesos amarillistas titulado en líneas rojas, del cual en conjunto nos asqueamos, pero del cual en conjunto nos alejamos e ignoramos indiferentes.
Bajo las diferentes connotaciones que pudiera yo darle a la palabra irresponsable desde mi limitada erudición planteé dos tipos de esta ubicadas en el mismo contexto, pero en diferente tiempo: la irresponsabilidad en la causa y la otra en el efecto. La primera es aquella manifiesta cuando ostentando nuestras libertades actuamos sin pensar en los efectos que podemos causar en perjuicio del otro, y la segunda cuando ya viviendo en este efecto no asumimos nuestro deber social y moral de reparar y/o compensar el daño acarrreado.
Pero no conformes con ser irresponsables porque de por si aún es censurada, entonces nuestro comportamiento lo debemos soportar sobre una base más sólida; la agresión, definitivamente encuentra más empatía, y de hecho muy fácilmente. Esto sí definitivamente me frustra y desborda un caudal de sentimientos físicamente manifiestos en el dolor de cabeza e incluso una temporal descoordinación de ideas y palabras.
¿Cómo es posible que además de cometer una infracción que de hecho ya amerita las respectivas amonestaciones, podamos ser tan osados de destilar violencia en todas sus manifestaciones, incrementar la falta y por supuesto el agravio, que es lo que en ultimas importa?, ¿cómo es posible que como sociedad lo permitimos?, ¿cómo es posible ser indiferentes a esto?, ¿cómo es posible llegar a tal grado de cinismo?, ¿cómo podemos coexistir con seres sociópatas? Peor aún, ¿cómo pueden ser socialmente aceptados?
Aunque en principio pensé en relatar un hecho en particular, terminé en un reducido y empírico comentario psicológico, mal o no me siento satisfecho de compartir con ustedes este, mi pensamiento, y aun cuando esto aspira ser el primogénito de entre muchos escritos enfocados en la crítica social e individual, editaré la redacción hasta donde lo fije mis posibilidades, no sin antes agradecer a quien mantenga su lectura hasta este punto.
