Pareciera que la violencia se ha ensañado con la ciudad de Medellín durante el mes de enero del presente año. En las diferentes comunas y corregimientos de la ciudad se manifiesta una profunda preocupación derivada de los acontecimientos violentos de los últimos días, los cuales preocupan de manera significativa, no solo a la administración municipal sino también de las diferentes organizaciones sociales, defensores de derechos humanos y líderes barriales.
Entre el 01 y el 22 de enero de 2019, según datos del SISC (Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia), se han presentado en la ciudad de Medellín un total de 42 homicidios, cinco casos más que en el año 2018 (37 casos); situación que representa un incremento del 13,5% con respecto al año anterior.
Las comunas que reportaron mayor número de casos de homicidios fueron, en su orden, la comuna 8 (Villa Hermosa) con 7 casos, seguida de las comunas 13 (San Javier), 16 (Belén) y la comuna 70 (Corregimiento de Altavista) con 4 casos cada una.
Es frecuente ya para los habitantes de la ciudad, ver al alcalde Federico Gutiérrez figurar en diferentes medios de comunicación locales y redes sociales, cuando algún hecho trascendental marca la cotidianidad del diario vivir de los habitantes de Medellín. En especial si se trata del tema de seguridad, una de sus principales banderas políticas durante su campaña y su administración.
No podemos negar los buenos resultados obtenidos por la alcaldía de Medellín en materia de seguridad. Pues durante los últimos tres (3) años se han propinado fuertes golpes a varias estructuras delincuenciales de la ciudad de Medellín y se han capturado a varios de sus jefes históricos. Sin embargo, y pese a los buenos resultados operacionales, el homicidio y el hurto siguen siendo dos delitos que van en aumento en la ciudad.
Durante el año 2018 se presentaron en la ciudad de Medellín un total de 632 homicidios, 50 caso más que en el año 2017 (582), lo que representa un incremento del 9%, según el SISC. De esta cifra 591 son hombres y 41 mujeres.
Con respecto al total de hurtos registrados en la ciudad, la cifra se ubicó en 33.069 casos para el año 2018, lo que equivale a un incremento del 14% con respecto al año 2017, donde se presentaron 28.933 casos. Siguen siendo el hurto a personas (21.079) y el de motocicletas (4.707) los delitos que más afectan a la ciudad.
Al indagar en los rangos de edad de las personas asesinadas durante el año 2018, de los 632 casos reportados por el SISC entre enero y diciembre, 288 de estos corresponden a jóvenes entre los 18 y los 28 años de edad y 39 a menores de edad (entre 14 y 17 años). Estas cifras equivalen al 51,74% del total de casos de homicidios registrados durante todo el año 2018.
Los datos anteriores, evidencian una marcada tendencia al aumento de homicidios y hurtos en la ciudad, situación que deja en evidencia que la actual política pública de seguridad liderada por la administración municipal posee serios vacíos estructurales los cuales deben llevar a plantear la urgente necesidad de reestructurar la estrategia de lucha contra la criminalidad.
Además, es evidente que la población juvenil de la ciudad de Medellín es la mas afectada por la violencia sistemática que desde hace varios años se ha ensañado con la ciudad. Por ello, se hace en extremo necesario el diseño de una estrategia clara que pueda proteger la vida de nuestros jóvenes en las diferentes comunas y corregimientos que integran Medellín.
Sería importante que el actual mandatario pusiese un espejo retrovisor y evaluara los resultados de algunos de los programas que en años anteriores se implementaron en la ciudad de Medellín, como por ejemplo Guías ciudadanos, Jóvenes con Futuro, Fuerza Joven y Jóvenes por la vida; programas que, a pesar de tener algunos inconvenientes, permitieron a muchos de los jóvenes de la ciudad de Medellín contar con una opción de vida diferente a la que las organizaciones delincuenciales ofrecen en los barrios.
Queda entonces un enorme reto para Federico Gutiérrez durante su último año de mandato. Aún se está a tiempo de evaluar y corregir el rumbo de la política pública de seguridad y convivencia, partiendo del principio, como lo plantea ONU Hábitat, de que: “la política de seguridad urbana requiere de tanta prevención como sea posible y tanta coerción como sea necesaria”.
No es cuestión de solo mostrar resultados a nivel operacional, sino también de buscar y diseñar las mejores estrategias que permitan prevenir la violencia en la ciudad de Medellín.