Pues veamos entonces algunas perlas, que como argumentos de peso exponen en el Pacto Histórico, en medio de la incapacidad que pareciese les es normal:
Aprovechando las miles de “bodegas” creadas con perfiles falsos en las redes sociales, ya han expresado que el presidente Álvaro Uribe trinó felicitando al ingeniero por su triunfo. ¡Cómo les asusta Uribe!.
Y creo que Rodolfo es mucho más pantalonudo que todos y por eso el susto se multiplica.
Pero bueno, siguen haciendo lo que sólo saben hacer y bien: daño a las personas, a las instituciones y al país.
Hablando de las redes sociales, qué tan raro que se critique o se diga con la rimbombancia que caracteriza el discurso fatuo del líder del Pacto Histórico, que “la corrupción no se combate con frases de tik tok”, refiriéndose al éxito de Rodolfo en el manejo de sus redes sociales.
Pero para él si se pueden manejar y combatir a través de las redes sociales, con todo tipo de falsedades y vituperios a las personas y a los contrincantes, utilizando no las redes sociales de manera honesta, sino por medio de las bodegas creadas mediante perfiles falsos antes mencionados.
¡Ah!, pero hace un llamado urgente a “que necesitamos a muchos jóvenes que hagan Tik Tok” ¡Qué coherencia¡ ¡Qué legitimidad en sus palabras!.
Ellos mismos se encargan de revolcarse en su propio lodazal.
En su discurso, después de las elecciones, llamó al caribe para elegir al “primer presidente costeño progresista de Colombia”. Vaya llamado.
Colombia no necesita un primer presidente costeño que se hace llamar progresista, siempre disfrazando lo que realmente no es, sino un presidente para todos los colombianos y que tenga claro el qué hacer por el país.
Siguiendo con “el profundo” discurso pronunciado por el candidato, mascullando su derrota política y pleno de pobres argumentos como él sólo sabe hacerlo, se refirió entre otras cosas al candidato más ganador en los siguientes términos:
“¿Podemos ser una gran nación si admiramos a Hitler? entonces ya tenemos unos caminos que escoger”.
Simplemente pregunto, doctor Petro: si eso fuese verdad, entonces, ¿usted a quién admira? ¡No nos crea estúpidos!
Y claro que tenemos caminos que escoger y por eso escogeremos al mejor en las votaciones definitivas de junio.
Además, insistió: “¿cómo se acaba el hambre? ¿con frases de tik tok?”. Con ello, vuelve y señala que las redes sociales son perversas para los contrarios, pero para él si se convierten en sus mejores aliadas. Usted sí acabará el hambre expropiando, asaltando los fondos de pensiones, liquidando la producción y el libre consumo, y tantas cosas más que nos ha dado a conocer.
No es pobreza mental cuando usted expresa: “mi contradictor está imputado por corrupción. ¿Eso es lo que queremos? no es un proceso de mentiras, son unos indicios reales. ¿Seguimos por ahí? ¿seguimos por el camino de las frases huecas mientras lo que se encubre es mantener las cosas como están?”.
Autorretrato completo. No hay nada más que decir, ante la descripción que hace, aparentemente, dirigida a su oponente, pero eso en psicología, se llama introspección y manifestación de deseos o actos reprimidos.
Y acompañando sus diatribas expresó, sin ningún tipo de vergüenza: “hoy se define qué clase de cambio es el que queremos, si suicidarnos o avanzar. Yo pienso y creo que debemos avanzar”.
Frases eufóricas disfrazadas del más puro cinismo del cual sabe hacer gala. Pues no es el único que se propone avanzar.
Todos los colombianos lo queremos y es una perogrullada, pero no bajo sus mandatos. Queremos cambiar de la vieja politiquería a una nueva y usted hace parte, y no menor, de esa vieja politiquería que huele a rancio por el estado de podredumbre al que ustedes “los políticos de abolengo” han llevado a nuestro país.
Nos merecemos cosas nuevas, o novedosas al menos, como las que nos viene proponiendo el ingeniero Rodolfo.
Y es claro que los colombianos, como usted lo ha dicho, pensamos que “ahora se trata de construir un futuro'. Ahora se trata de ver qué es lo que vamos a hacer, qué es lo que la sociedad colombiana quiere de su propio país”.
Queremos un cambio, pero no al vacío de las dictaduras, sino el cambio social, el que gracias a las perversas interpretaciones que ustedes le han dado y la forma como han tergiversado las doctrinas que le acompañan, sólo pretenden quedarse con los mejores dividendos de los botines burocráticos y fiscales del país, como lo hacen este tipo de regímenes en el mundo.
Y que no se nos queden “enmochilados” algunos hechos que dan cuenta de cómo apoyan sus argumentos “revolucionarios”: propiedades y yates en el exterior; viajes exclusivos al exterior a comprar artículos de marca, porque la producción colombiana es eso, muy colombiana.
Además, apoyo total de las dictaduras, pues el pronunciamiento de un alto funcionario del fallido gobierno venezolano, ya expresó que “la segunda vuelta electoral en Colombia es una imposición de los Estados Unidos”; el capitalismo les da escozor y miedo, pero los seduce y cautiva.
Los pagos exorbitantes que reciben algunos de los integrantes del movimiento por asesorías en el extranjero; conocemos los costos de asesorías de personajes tales como Obama, Clinton y Gates por mencionar algunos y proporcionalmente cobran centavos frente a la consabida asesoría en Honduras.
Expresiones reales, discursos, palabrería hueca, retórica sin sentido, hechos, actuaciones, formas de ser y de comportarse de quienes hoy se autodenominan como el movimiento de la salvación de Colombia y esperanza cierta de futuro.
Quienes pretenden con sus estupideces hacernos creer a los colombianos del siglo XXI, que todos podemos ser “Alicia en el país de las maravillas” en sus manos, porque no les queda bien y en eso han sido cautos, decirnos la verdad sobre el infierno que a nuestras espaldas preparan.