Lo que acaba de suceder con la noticia del nuevo premio nobel de literatura, Abdulrazak Gurnah, debería ser asimilado por las grandes editoriales como un ejemplo de enseñanza, para que no sigan con sus políticas de no aventurarse con escritores nuevos o no famosos.
Como es ya de conocimiento púbico, la mayoría de las editoriales de gran renombre en el mundo prefieren practicar la ley del embudo o publicarle a autores famosos para no perder en el negocio de las ventas de libros.
Pocas son las que le apuestan a los amateurs y si lo hacen, es por el tema abordado en el libro, mas no por el que lo escribió.
De acuerdo con las informaciones, antes de que le dieran el Premio Nobel, Abdulrazak Gurnah ni siquiera existía para esas grandes editoriales. Y de las que se aventuraron a publicarle, unas quebraron y otras ni siquiera eran tan renombradas.
No obstante, ahora que se ganó el Nobel de seguro las editoriales de renombre lo están buscando y ofreciéndole todo un mundo de ofertas.
La dueña de una editorial española, que quebró en 2012, por ejemplo, aseguró que le fue muy mal con la venta de los libros de Gurnah en 2003, cuando le publicó uno de sus libros en español.
Abdulrazak Gurnah debería permitirles a esas pequeñas y humildes editoriales que creyeron en él antes del Premio, publicar sus libros, a fin de resucitarlas y evitar que las grandes y portentosas editoriales, que con seguridad ya lo han llamado, publiquen y traduzcan sus libros en todos los idiomas.
La vida te da sorpresas, y el Premio Nobel de Literatura también.