Cinco meses después de que un sicario matara de dos disparos al profesor Alfredo Correa de Andreis el investigador del DAS Javier Valle Anaya fue premiado por el director Jorge Noguera. Fue promovido a la subdirección de la entidad en el departamento del Magdalena. Con el tiempo se entendió de que se trataba de un perverso reconocimiento.
En agosto del 2003, el investigador Javier Valle fue trasladado a la Costa Caribe con un propósito: seguir al profesor Alfredo Correa de Andreis, quien realizaba investigaciones sobre grupos de personas desplazadas asentadas en el sector de la Cangrejera, Pinar del Río y Loma Roja en el área rural de Barranquilla, en riesgo por la presencia de grupos paramilitares. Valle, como muchos en el DAS de Noguera, trabaja simultáneamente, suministrando información y coordinando acciones con estos grupos ilegales, y en el caso suyo, la relación era precisamente con alias Don Antonio. Las AUC habían señalado como objetivo militar al profesor de Andreis.
Durante día y noche cercaban al académico, ex rector de la universidad de Magdalena con fotografías de los lugares que visitaba. Valle Anaya le hizo la tarea completa a Noguera y a alias Don Antonio: logró que cinco reinsertados de las Farc Javiera Alfredo Larrazábal, José Daniel Satizábal, Mayerlin Torres Carvajal, Eliecer Vivas Cuervo y Yamile Barrios Villegas testificaran entre el 13 y el 20 de agosto del 2003, ante un juez que el sociólogo formaba parte de esa guerrilla. Los desmovilizados recibieron cada uno $ 850 mil y la Fiscalía comprobó que se trataba de testigos falsos y todo el montaje quedó descrito en el computador de Jorge 40.
Las diligencias de Valle Anaya dieron sus frutos el 17 de junio del 2004 cuando, frente a su casa del barrio El Prado de Barranquilla, el profesor fue detenido por agentes del DAS. Sindicado del delito de rebelión. Un es permaneció detenido. Tres meses después de haber sido liberado, el 17 de septiembre del 2004, fue asesinado junto con su escolta a pleno luz del sol en el centro de Barranquilla. Su súplica final aún retumba entre los que la escucharon: “no dispares loco”.
En la casa de alias Don Antonio, cuatro años después, en el 2007, apareció en el computador de Jorge 40 el el registro del plan siniestro bajo el nombre de Amigos del Das. Era una lista de 106 funcionarios cooptados por Jorge 40 para actuar contra intelectuales de la Costa Atlántica que las AUC señalaba como agentes de izquierda y los tildaban de simpatizantes de la guerrilla. Allí estaban tanto el director Jorge Noguera como Javier Alfredo Valle Anaya.
Este último actuó con prontitud. Una vez el Presidente Uribe decidió remover a Jorge Noguera en el 2006 en la dirección del Das por cuenta del ventilador del jefe de informática Rafael García que destapó la infiltración de los paras en la entidad, Javier Valle empezó a prepararse. Se movió con prudencia hasta que el revolcón del nuevo director Andrés Peñate forzó su salida en el 2008. Habia aparecido el computador de Jorge 40 y Javier Valle sabía del peso de la información que este contenía: alias Don Antonio lo identificaba como amigo íntimo y lo señalaba como el enlace del Das con el Bloque Norte de las AUC para asesinar a sindicalistas, defensores de derechos humanos y lideres de oposición en la Costa. La lista sumó 50 crímenes.
Tenía todo preparado. Tomó rumbo Estados Unidos. Y fue más allá. Tramitó con un cinismo que le resultó efectivo un status de asilo político justificado en el riesgo que corría su vida en Colombia. Y lo consiguió. Uno de los instigadores del asesinato de Correa de Andreis terminó protegido por el gobierno de Estados Unidos. Y allí vive campante hace casi diez años en el condado de Brooklyn traba.
Con los años su rol criminal fue documentado. Fue condenado a 40 años y a una multa de $ 11 mil salarios mínimos e indemnización de mil salarios mínimos por Correa y su escolta el agente Ochoa. El pasado 11 de septiembre fue pedido en extradición.
Junto con él cuatro personas más han sido condenados por la muerte de Correa de Andreis: Jorge Noguera a 40 años y a pagarle una multa de $ 106 millones por los daños morales causados a sus familiares; Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40 a 26 años y a Juan Carlos Rodríguez, alias el Gato, a 40 años y una multa de 3.500 salarios mínimos.
La extradición del Subdirector del Das en Magdalena y el pago de su condena en el pais, terminaría de cerrar uno de los crímenes más duros que hicieron las Autodefensas Unidas de Colombia contra el mundo académico de la Costa Atlántica colombiana