La vida no vale nada, canción del cantautor de trova cubana Pablo Milanés, parece ser la realidad que hoy padecen los líderes sociales y defensores de derechos humanos colombianos. Ante la mirada indolente del gobierno saliente de Juan Manuel Santos, y el acompañante silencio del entrante Iván Duque, cada día matan líderes sociales en nuestro país, a pesar de un proceso de paz firmado entre la que fue la principal guerrilla del país.
Cualquiera con conocimiento en temas sociales mira contradictorio lo que está sucediendo en el país con los líderes sociales, en medio de una pacificación que se nos vendió con la firma del acuerdo, pero que es todo lo contrario para los líderes sociales. La pacificación vino de un solo lado, se acallaron los fusiles de la insurgencia, pero regresó el asesinato a líderes sociales defensores de la paz. Este empezó tiempo atrás con el movimiento social Marcha Patriótica y hoy se extendió al resto de defensores de derechos humanos. ¿Por qué nos siguen matando?
El día 17 de julio fue encontrado sin vida nuestro hermano, camarada, amigo y compañero Ibes Trujillo Contreras, después de ser secuestrado el día 10 de julio por personas desconocidas. Ibes era un líder social nato de Timba, Suárez (Cauca), y actualmente estaba como miembro fundador de la asociación de víctimas Asorenacer siglo XXI. También fue militante de Marcha Patriótica y de diferentes procesos sociales, sin contar con que fue uno de los fundadores de la Coordinación Nacional de Comunidades y Organizaciones Afrodescendientes (CONAFRO).
Con Ibes compartimos los ideales de luchar por una paz. Fueron varias las actividades en las que juntos nos sentamos a compartir opiniones. La última vez fue para preparar en su comunidad el evento de intercambio de saberes ancestrales entre la guardia cimarrona, realizado el 23 de junio de 2017 en la vereda La Ventura (Cauca) [1]. Analizábamos allí, coincidentemente, cuáles deberían ser los mecanismos de protección para las comunidades después de la firma del acuerdo de paz, ya que él, como muchos, presentía que después de la salida de la insurgencia de los territorios estos quedarían a merced del paramilitarismo y la delincuencia, razón por la cual había que generar mecanismos de protección del territorio y sus líderes. Es por ello que la guardia cimarrona la perfilamos como una estrategia fundamental.
Ibes, quien se encontraba en esos planes de fortalecimiento de la guardia cimarrona para la paz, la convivencia y la seguridad, encontró la muerte en ese propósito, en manos de violentos a los que no les interesa otro camino para el país diferente al miedo, la zozobra y el pánico. Para ello le quitan la vida a los que luchamos por la paz. Lo más triste de esto es que hoy fue Ibes, con el que ya son alrededor de 10 líderes de CONAFRO asesinados. Mañana no sabemos cuál será el próximo, pero sí que esto sucede ante la mirada indolente de la sociedad colombiana y la comunidad internacional, que parecen estar dispuestas a dejar que nos maten como si nuestras vidas no valieran nada.
En Colombia no nos podemos acostumbrar a la sombra del miedo, del asesinato y de la persecución, solo por pensar diferente. Son más de 320 líderes asesinados en los últimos 4 años, y el 99%, eran personas que luchaban por la paz y tenían un pensamiento de ideas comunitarias y sociales diferente a los gobiernos de turno. Esa no puede ser la excusa para que le quiten la vida a nadie. Ahí cabe recordar que en La Habana (Cuba) se pactó un acuerdo de paz entre el gobierno y la exguerrilla de las Farc-Ep, que en uno de sus puntos tiene una propuesta para combatir las bandas paramilitares y proteger la vida de los líderes sociales. Me pregunto, si es real el interés del gobierno de proteger a los líderes, ¿por qué no pone en práctica ese punto de los acuerdos que firmó?
Exigimos que se aclare la muerte de Ibes y del resto de líderes sociales asesinados, que pare la persecución y que el gobierno cumpla con la función de proteger la vida de cada ciudadano, porque no podemos seguir en un país donde parece que la vida de los luchadores sociales no vale nada.
Esto dice Héctor Marino Carabalí, líder también amenazado, de Ibes Trujillo:
Ibes Trujillo, líder social del municipio de Buenos aires, con un trabajo reconocido a nivel regional y nacional, se inició junto con otros compañeros del norte del Cauca y en el país en el PCN. Posteriormente conformamos la Asociación de Víctimas Renacer Siglo XXI de Buenos Aires, Conafro, Coccam, Comité Interétnico en Defensa del Territorio, Cuenca río Timba Marilopez, Consejo Comunitario Audacia Brisas del río Agua Blanca, y la mesa municipal de víctimas.
Es una persona que estuvo presente en todos los procesos de reivindicación de nuestros derechos económicos políticos sociales y culturales, siempre de buen humor. Nunca le miré de mal genio. Era mi amigo, mi hermano, mi confidente, mi referente, mi protector... un gran hombre. Me quedan todos sus recuerdos, sus consejos, su orientación.
Por otro lado, muy asediado por las mujeres dejó bastantes retoños, más mujeres que hombres, dejó dos hombres menores de edad. Es mucho más, pero lo dejo para el diario que voy a escribir de mi hermano Ibes, a quien popularmente llamábamos "mi doctor Trujillo" y mi hija le decía "tobillo".
Con estas palabras de nuestro hermano Carabalí podemos observar el talante de este hombre que lo dio todo por su pueblo negro.
Desde el palenque un cimarrón todavía.