Los Arrieta nunca tuvieron mucha plata para mandar a su hijo a la Universidad. El sueño era que estudiara medicina, que los Arrieta, de una buena vez por todas, dejaran de ser pobres. Las oportunidades en Lorica no eran las mejores. Si quería ser alguien tenía que salir de ahí. Así que a los 18 años se va para Barranquilla. En la Metropolitana se graduó como médico. Su papá, Leobaldo Arrieta, trabajaba como reparador de televisores y radios. Mientras que su mamá, Marcela Arteaga, era profesora. Tenían que juntar hasta lo último para enviarle lo suficiente y mantenerse allí.
Pero, una vez tiene el título, se va para Buenos Aires. Allí adquiere una de sus aficiones, el polo. Incluso la última publicación suya en Instagram deja claro la pasión que le despertaba este deporte de élite:
Después se va a Brasil y Chile. Hace una fortuna. Regresa como un ciudadano distinguido a Montería en donde vive en una lujosa casa en el barrio El Recreo. Sus viajes no paran. Soñaba con conocer el mundo. Acumula fortuna. Piensa expandir su negocio. Poner consultorios en Europa. Según reportaje que le hace la revista Hola, el médico afirma lo siguiente: “Tengo muchas pacientes de Chile y Argentina, por eso decidí abrir consultorio en Santiago, próximamente en España”. Incluso piensa abrir un restaurante.
Conoce por Instagram al chef Daniel Sancho, hijo del actor Rodolfo Sancho. Se escriben, al parecer se enamoran. Mientras tanto Edwin Arrieta trabaja para el pabellón de quemados del hospital en Montería. Cree que tiene que empezar a devolver lo que alguna vez recibió. Tiene entre sus amigos al senador Fabio Amín. No existe una persona en Montería que no lo conozca, en su Lorica es un ciudadano ilustre. Tiene 21 mil seguidores en Instagram. Se quedan de encontrar en la isla de Koh Pha Nang, la llamada isla de los excesos. Justo el día en el que se celebraba la festividad de la luna ocurrió el delito, el 1 de agosto, ocurrió el crimen
Sancho, en su cuenta de Instagram, luce algunos disfraces inquietantes: el Joker o Voldemor son algunos de sus disfraces que suele usar. La única versión de lo que pasó se la debemos al joven español de 29 años. En el hotel duró tres horas destazándola después de matarlo. En bolsas negras lo sacó de allí. Alquiló un kayak por mil dólares y arrojó parte de los restos al mar. Otras bolsas quedaron en tierra firme. Después de deshacerse del cadáver Sancho, con tranquilidad, se fue a disfrutar de una fiesta en donde estaba todo permitido.
Según los diarios locales la cantidad de dinero que llevaba Arrieta era significativa. Tenía en su poder 80 mil dólares que iban a ser destinados para montar un negocio en España. Su idea era irse a vivir a Madrid. Según declaraciones de Sancho –quien afirmó ser un rehén del monteriano- el médico le había dado a él 10 mil dólares.
La policía está investigando esta información. Mientras tanto, en un cruce de versiones, la familia del médico dice que no tienen los 280 millones de pesos que cuesta la repatriación de su cuerpo. El drama apenas comienza.