El 22 de febrero del 2018 el abogado Diego Cadena entró a la Picota para hablar con ex paramilitar Juan Guillermo Monsalve. La periodista Olga Behar, en su libro Los Doce Apóstoles, había obtenido el testimonio de Monsalve para probar que en la hacienda Las Guacharacas, propiedad de los hermanos Álvaro y Santiago Uribe Vélez, se había creado el Bloque Metro de las Autodefensas Unidas de Colombia. Cadena tenía un poder del expresidente Uribe y con éste entró al sitio de reclusión de Monsalve para hacerle, según el expediente una propuesta non-sancta. La visita y la propuesta quedaron grabadas y éstas se convirtieron en pruebas de la Corte Suprema para judicializar al expresidente. Fue acusada de fraude procesal y soborno a testigos. En ese momento Álvaro Uribe ostentaba la condición de senador de la República y decidió entonces renunciar a la curul para que el caso quedara en manos de la Fiscalía.
— Álvaro Uribe Vélez (@AlvaroUribeVel) July 24, 2018
En esa época pocos sabían quién era el abogado Diego Cadena, quien se movía en las grandes ligas de los estrados judiciales defendiendo a peces gordos del paramilitarismo y la mafia como Diego León Montoya, uno de las cabezas del cartel del Norte del Valle quien empezó en el hampa siendo el guardaespaldas de confianza de Iván Urdinola, a quien llamaban, por su ferocidad, el señor de la guerra. Fue el responsable del envío del 70% de la droga que llegó a Estados Unidos a comienzos de este siglo. Otro de sus defendidos fue el Tuso Sierra, otro de los narcos que terminaron dando testimonios en contra Álvaro Uribe. Su defensa a grandes testaferros de los hermanos Rodríguez Orejuela le dejó una pequeña fortuna que no disimulaba.
Cadena fue interpelado por un medio de comunicación después de que en la grabación de una llamada su novia de ese momento bromeara diciéndole que por su relación con sus clientes él era un Aboganster, mote con el que se quedó, aunque el intento defenderse. Adujo entonces que se trataba de una confusión y que lo que su pareja había intentado decirle era que él era un Abohamster haciendo alusión a una mascota que compartían.
Compartían también los lujos. Diego Cadena se movilizaba en uno de los pocos Lamborghini que había en Colombia, un auto que puede llegar a costar más de USD 3 millones. Portaba un reconocido reloj Rolex, calzaba fino, y hacia alarde de bienes en Estados Unidos. Una vida de lujos que él nunca se preocupó en ocultar. Entre sus bienes aparecía una empresa de confección de ropa llamada Helvar, además de tener una docena de propiedades en lugares como Bogotá, Cali y Roldanillo, además de empresas en Miami y Delaware.
En Bogotá se movía con seis escoltas y ostentaba cuatro camionetas Toyota Sahara. Poseía en Bogotá un Penthouse en el barrio Rosales que adquirió en el 2016 en $ 239 millones y había negociado un predio de más de $ 600 millones con el máximo accionista del equipo de fútbol Patriotas según información publicada en El Tiempo. Aunque en esta lista de bienes no está su propiedad más preciada.
Se trata de un jet privado de matrícula N119TC, cuyo precio de mercado alcanza los USD $ 8 millones (aunque puede haber sido adquirido en el mercado de segunda) que tiene en compañía de su hermano Álvaro y está registrado en Delaware, un estado con una legislación tributaria especial que lo convierte en una suerte de paraíso fiscal en los Estados Unidos.
El 26 de enero del 2023 la Comisión Nacional de Disciplina Judicial suspendió por tres años a Cadena por sus actuaciones irregulares en el mismo caso por el cual es procesado, por presunto fraude procesal y soborno a testigos, el expresidente de la República Álvaro Uribe Vélez. En la audiencia que se le sigue al expresidente su nombre sigue siendo escuchado con insistencia, ya que fue quien hizo las gestiones en la cárcel con los testigos contra Álvaro Uribe.
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