La política diplomática colombiana ha dado un giro notable debido a la victoria de la izquierda en las urnas, de la mano del presidente Gustavo Petro Urrego.
Esta victoria supuso un notable cambio en la forma de ver la política por parte del gobierno nacional y eso quedó demostrado en el reciente discurso de la Organización de las Naciones Unidas emitido por parte del Presidente de la República.
Los colombianos estaban ya habituados a escuchar discursos cargados de una serie de falacias interpretativas que buscaban esquivar las constantes acusaciones en contra de los gobiernos anteriores sobre violaciones sistemáticas de derechos humanos, crímenes estatales contra civiles y una persecución hacia la oposición política y hacia lideres sociales.
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Así mismo, el país siempre expresó la complacencia y la poca severidad en su discurso frente a los más poderosos y los más depredadores del medio ambiente, especialmente frente a Estados Unidos, el Estado colombiano siempre ha mostrado un papel bastante bastante reservado frente a las intervenciones estadounidenses y en los discursos previos en Naciones Unidas había llegado incluso a defender su papel como aliado estratégico de los Estados Unidos.
Como nunca antes había sucedido en la historia de la ONU, un representante de Colombia, emite un discurso firme y elocuente en el cual se señala a las potencias mundiales de ser los generadores del grave conflicto medioambiental que el mundo y su país hoy padecen.
Es la primera ocasión en la cual, desde Colombia se señala el problema de la depredación y el consumismo propios del capitalismo y la enorme carga que desde el imperialismo se imponen a los países de América Latina, una de las más importantes, la fracasada política antidrogas impuesta como un mandamiento al mundo por parte de los Estados Unidos desde los años 70 y que no ha tenido un resultado efectivo en el consumo de sustancias en su país y en la producción, en países como el colombiano
El discurso presidencial de Gustavo Petro ante la Asamblea General de la ONU generó una profunda sorpresa en los asistentes que hasta el momento desconocían la postura del nuevo presidente colombiano, y es que no era para menos, por primera vez desde que Colombia participa de la ONU un presidente de esta nación señala las debilidades del sistema capitalista, exponiéndolo como el causante de las crisis planetarias y de las guerras por el petróleo.
Así mismo, de una manera excepcional expone al pueblo colombiano y a la "Patria grande" latinoamericana como una victima de un fenómeno que les sobrepasa y empobrece. El imperialismo.
La postura del nuevo gobierno de Colombia es eminentemente soberana, contraria a la de sus predecesores, hoy el Presidente de la República reconoce las dificultades que atraviesan a su país, señala que el problema no es que los países latinoamericanos quieran seguir siendo pobres como lo mencionaban los promotores del "progreso" capitalista desde Estados Unidos, sino que por el contrario, son víctimas de una desigualdad profunda que como pueblos han tenido que sortear de la peor manera.
La República de Colombia de hoy es ya distinta, porque reconoce por primera vez en su historia republicana que hay poderes superiores, que como el imperialismo, dominan a su antojo, incluso, el destino medioambiental de nuestro planeta.
Se dejaron atrás la complacencia y la mentira con la cual se miraba a los países de arriba, hoy no solamente se da un nuevo compromiso en materia medioambiental sino que se puede hablar por primera vez de un grito soberano frente a la intervención imperial sobre el territorio colombiano.
Finalmente, el discurso del presidente Petro no expone una falencia de los pueblos latinoamericanos, por el contrario, evidencia una crisis sistémica dentro del modo de producción capitalista, expone lo más nauseabundo de sus políticas y señala la hipocresía de la lucha por el medioambiente bajo el falso discurso de la sostenibilidad sin compromiso alguno de los poderosos ¡Colombia evidentemente está cambiando!