En medio del constante flujo vehicular y el crecimiento urbano que caracteriza a Bogotá y sus municipios vecinos, la vía perimetral que conecta la capital con Funza se ha convertido en una opción atractiva para los conductores que buscan economizar tiempo y dinero. Su principal atractivo: no tiene peaje. Este hecho la posiciona como una alternativa cada vez más popular frente a las congestionadas vías principales y las costosas autopistas concesionadas.
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La vía perimetral Funza -Cota inicia en el occidente de Bogotá, en las inmediaciones de la localidad de Engativá, y se extiende hasta Funza, un municipio clave en el dinamismo económico de la Sabana de Cundinamarca. Se toma por la calle 80 antes del peaje de Siberia y llega directamente a Funza. Este corredor alternativo atraviesa zonas industriales y residenciales, conectando puntos neurálgicos para el transporte de carga y pasajeros.
La ausencia de peajes no solo representa un alivio económico para los conductores frecuentes, sino también una ventaja competitiva para las empresas que movilizan mercancías entre Bogotá y Funza. Para quienes residen en Funza y municipios aledaños como Mosquera y Madrid, esta vía es más que una simple conexión. Desde allí puede seguir su ruta sin haber tenido que cancelar un peaje.
La ruta también ha reducido la presión en las principales entradas y salidas de la ciudad, contribuyendo a descongestionar vías como la Autopista Medellín y la Calle 13, que suelen colapsar en horas pico. Aunque el tránsito en la perimetral ha aumentado, muchos conductores coinciden en que sigue siendo una opción rápida, especialmente en horarios no punta.
A pesar de sus beneficios, la vía perimetral enfrenta varios retos. Su infraestructura, en algunos tramos, requiere mantenimiento urgente. Los huecos y la falta de iluminación son quejas recurrentes de los usuarios. Además, la ausencia de un peaje también implica que los recursos para su conservación son limitados.
Otro problema es la falta de señalización adecuada, lo que genera confusión para quienes no conocen bien la ruta. Además, la seguridad es una preocupación latente. Por ahora, esta carretera sigue siendo un salvavidas para quienes buscan ahorrar tiempo y dinero.