Una vez vino a Cali Robinho. Tenía 19 años y jugaba en el Santos. Era una estrella, un monstruo, el sucesor de Pelé decían en Vila Belmiro. Al América le metieron cinco goles. Lo contrataron en el Real Madrid de los Galácticos pero nunca funcionó. A los 25 años ya era mercancía dañada. En el 2013 cometió el error de su vida. En una discoteca en Milán participó de una violación en grupo.
La justicia italiana lo acaba de condenar a nueve años de cárcel. En el texto que fundamenta la sentencia los jueces Francesca Vitale, Paola Di Lorenzo y Chiara Nobili remarcaron “el particular desprecio de Robinho por la víctima, que fue brutalmente humillada”, y que además el futbolista “intentó estafar las investigaciones ofreciendo a quienes las llevaban adelante una versión falsa de los hechos acordados”.
El futbolista podría apelar en los próximos 45 días.